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Un cocodrilo en el baño

“Especular viene de espejo, donde se miraba Narciso hasta morir ahogado, donde se miran las presumidas que quieren ser las más bellas del Reino, donde se miraban los nazis para confirmar que eran una raza superior, hasta que el espejo saltó hecho añicos, millones de cristales y vidas rotas. Especular es de mal agüero”, escribió Rafael Metlikovez hace algunos años. El poeta, que fue quien divagó sobre el Espanyol de forma más especial, se preguntaba por qué se salía a especular. Durante el partido del domingo, expulsión aparte, recordé sus palabras. “Al menos hemos sumado uno”, valoró Vicente Moreno tras el empate. Resultadismo barato a falta de emociones e ideas. Metlikovez lo definía así: “No hay prisa por tener un orgasmo, vamos a contracorriente en esta sociedad de eyaculadores precoces. Ya has eyaculado, ¿y ahora qué? Eso es el resultadismo”.

Así pasan las jornadas y uno ya no sabe a qué aferrarse para seguir confiando. Ya casi no recuerdo la última vez que el Espanyol fue valiente durante noventa minutos, igual que no recuerdo la última vez que salió el sol en Barcelona. Añoramos a Rubi, a Aguirre e incluso a Granero. Añoramos porque el futuro abruma. La nostalgia es escurridiza, aunque recordar nos pueda salvar. Las décadas ya no valen como medida de tiempo. ¿Qué éramos hace una década? Apenas sé qué comí anteayer. Mi aventura es tratar de averiguar si vendrá antes el ansiolítico o el analgésico, mi dicha es pasar menos de media hora embobado antes de escoger qué ver en la televisión. Por eso, ante la tempestad, prefiero revisitar las columnas de Metlikovez en El País. En estos tiempos de náuseas, beligerancia y toxicidad, pienso en lo bien que vendría su espacio, un páramo donde florecía, sin temor, la libertad.

Raúl de Tomás y David López protestan a Trujillo Suárez.
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Raúl de Tomás y David López protestan a Trujillo Suárez.Gorka LeizaDiario AS

Una vez una persona se encontró un cocodrilo en el baño. Los cocodrilos, me dijo, saben del miedo por su olor; saben que no nos gusta sufrir, que nos hace las pupilas más chiquititas. Nos preparan para huir. Así aprendí que el miedo nos hace más feos, pero por dentro. ¿Que cómo están ustedes? En estado de suspensión; en puestos de promoción.