Isco recupera la sonrisa

Quizá soy en ocasiones demasiado ingenuo pero siempre he pensado que si un futbolista, que atraviesa una mala racha o un mal estado de forma prolongado, tiene gran talento, siempre puede volver. Lo pensaba con Gareth Bale y el tiempo no me dio la razón y pensaba exactamente lo mismo con Isco. El malagueño no es un futbolista mayor, pienso que aún tiene años buenos de fútbol en sus botas y que lo único que debía hacer es ponerse en forma a nivel físico y tener la mentalidad necesaria para persistir en el día a día de Valdebebas y en los minutos que Zidane le fuera ofreciendo para hacer cambiar de opinión al mister.

Obviamente, no estamos en los entrenamientos ni tampoco conocemos cuál es el comportamiento del futbolista en las distancias cortas; lo que tengo claro que ningún entrenador se tira piedras contra su propio tejado. Pero algo ha cambiado. Su partido en Bérgamo creo que puede suponer un punto de inflexión y pasar de estar en el ostracismo absoluto a ser un elemento útil de verdad para Zidane. Su capacidad para juntar rivales, liberar compañeros que corran al espacio y jugar en una baldosa, ofrece una alternativa al resto de centrocampistas del equipo. Además, creo que potencia tanto a Kroos como a Modric en construcción de ataques.