El enredo de Zidane
A base de disposición, a base de carambolas, el Madrid rescató un empate que no atempera la negativa impresión que dejó durante un buen tramo de la segunda parte. Se confundió Zidane. Después de un primer tiempo aceptable, que incluyó a Isco como compañero de fatigas de Modric y Kroos en el aspecto creativo, el entrenador blanco dio un vuelco al sistema y optó por actuar con tres centrales. La decisión, al margen de sorprendente, descolocó y alargó al Madrid. Se intuye que iba encaminada a protegerse de las recepciones de Monreal en la izquierda —casi invisible Asensio en las ayudas—, las apariciones de Silva y Oyarzabal en zonas de tres cuartos y las carreras de Isak, pero lo único que logró fue desorientar a todo el bloque. La distancia entre líneas se agravó, la presión se descompuso y la Real Sociedad le atrajo a su campo para salir en transición con espacios tanto por dentro como por fuera.
Distancia y retorno
El Madrid se alarga con los tres centrales y Guevara está solo entre líneas. Lucas interioriza su posición y no puede tapar a Monreal, mientras que Mendy repliega tarde ante el remate de Portu.