Pero todo se le complicó al Zaragoza en el inicio de la segunda parte, cuando un fallo en cadena de Nieto, de Jair y de Cristian Álvarez, que no atacó una vez más el balón en una salida, permitió a Rodri cabecear a gol en el área pequeña. Un error clamoroso, igual que el del día del Alcorcón, que noqueó al equipo aragonés y puso ya el partido cuesta arriba. A la desesperada, JIM dio entrada a Iván Azón y a Chavarría por un impreciso Zapater y un Álex Alegría que no está nunca en situación de remate, pero para entonces el Oviedo ya estaba comodísimo con su ventaja. Entró después James por un inoperante Larrazábal y a cinco minutos del final lo hicieron Adrián y el Toro Fernández, pero el Zaragoza, que careció de respuesta, ya no estaba para nada. El equipo se ha metido en un buen lío.