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Un ejemplo para el ‘txipiron sueco’

La imagen de Jesús Mari Satrustegi celebrando uno de sus 162 goles con la zamarra txuri-urdin saltando, gritando y con el puño derecho levantado es ya una imagen icónica de la historia de la Real Sociedad. Es imposible no emocionarse cada vez que tienes oportunidad de verla. Nos retrotrae a esa época gloriosa en nuestro equipo era capaz de mirar a la cara a clubes como Real Madrid y Barcelona, y ganarles partidos... ¡y hasta títulos! Era un canto a la alegría desparramada del gol, una celebración con rabia y felicidad a la vez. Y repleta de orgullo, el de vestir una camiseta con la que plantabas resistencia al poder establecido de nuestro fútbol.

40 años después, tenemos la inmensa fortuna de decir que esta Real de Imanol Alguacil sigue siendo uno de esos equipos que forman parte de la resistencia de nuestro fútbol. Y tiene hasta un delantero cuyas celebraciones puede llegar a convertirse en icónicas. El otro día, el gran caricaturista de la Real, Mikel Soro, que firma sus dibujos (obras de arte en txuri-urdin) como @marrazketabar, publicó una caricatura de Alexander Isak celebrando un gol con una de sus celebraciones más recordadas, la del Santiago Bernabéu de hace un año en la Copa del Rey, lanzándose al suelo de rodillas mientras cerraba los puños y gritaba. Detrás, ilustraba el cántico que ya le dedica la grada de Anoeta al jugador nórdico (o le dedicaba, que esta pandemia hasta las canciones nos ha quitado). Lo tiene todo el ‘txipiron sueco’, como le llamamos algunos en referencia al malogrado Dalian Atkinson, a quien sus compañeros apodaron ‘Txipiron’ de forma cariñosa, para convertirse en otro delantero de leyenda en la Real, siguiendo los pasos de otros míticos como Kovacevic, Aldridge, Kodro, Nihat, Vela, Griezmann, Agirretxe... y sí, el gran Satrus, por supuesto.

Debería coger ejemplo Isak de cómo celebraba Satrus sus goles, no por la forma, sino por el espíritu que transmitía, porque traspasaba los límites del terreno de jugaba y se impregnaba en la grada de Atotxa. Y tengo la sensación de que con el juego del Txipiron sueco pasa algo parecido. Transmite por su entrega, su capacidad para correr todo lo que puede, llevarse balones divididos imposibles, y por supuesto... por sus goles, claro. Al final es lo que cuenta. Y si racha es espectacular. Este lunes puede batir el récord de partidos seguidos marcando en liga que hay en la Real. De momento, ha igualado a Kovacevic y Aldridge, y ahora les puede superar. Palabras mayores. Lograrlo marcando al Real Madrid sería el colofón. Algo gigante. Y entonces que lo festeje igual, y así va patentando una celebración que pase a la historia como la de Satrus. Porque si Isak quiere puede convertirse en mito en Donostia. Solo tiene que decidir no volver en verano al Borussia Dortmund, que la única manera de poder pagar los 30 millones de recompra es convenciéndole. Y éste se hace el sueco, salió trasquilado de allí. Ahora que Guardiola lo deje tranquilo, que el futuro está en sus botas.