Las lágrimas de Paulista, la vergüenza de Peter Lim

El Getafe, que llevaba seis partidos sin ganar y cinco sin ver puerta, le hizo tres goles al Valencia de Gracia, que no generó una sola ocasión. Llegados a marzo, seguimos sin saber a qué juega este Valencia. ¿Es carne o es pescado?, ¿presiona o acumula?, ¿va por fuera o por dentro? Los deméritos del Valencia fueron de tal calibre que hasta eclipsan la actuación de Figueroa Vázquez, que vaya día tuvo el hombre. Cabaco, Cucurella o Nyom, el primero seguro, deberían haber seguido el camino de Diakhaby, que vio roja tras esa pifia que comete el francés cada cierto tiempo. Fue su error, ese despeje hacia el centro de Correia en el 1-0, la nula reacción de Gracia al descanso, la retahíla de despropósitos en el 2-0...

Las lágrimas de Gabriel Paulista dicen mucho. El tono gris de Gracia en rueda de prensa, también. Para quien no lo viera, el capitán, de los pocos con los 30 ya cumplidos, se puso a llorar cuando la compañera Inma Rodríguez le preguntó cómo se explica que peleen por evitar el descenso cuando hace un año jugaban Champions. Gabriel Paulista se derrumbó. “Es jodido escuchar eso”, dijo con voz entrecortada... y se puso a llorar. Por impotencia, por pensar en lo vivido hace nada y lo que sufren ahora, por no poder decir lo que piensa, por acordarse de Marcelino y Alemany. Esas lágrimas son la vergüenza de Lim y deberían ser el finiquito de Gracia.