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El último privilegio de Pau Gasol

Ya se sabe: vive todos los días como si fuera el último, porque alguna vez acertarás. En estos tiempos en los que el apócrifo y el fake están a la orden del día, es tan fácil ver esta cita como proverbio chino que adjudicada a Frank Sinatra. O tal vez sea la adaptación de Sinatra de un proverbio chino. El caso es que la traducción al mundo del deporte es obvia, una moraleja que vivimos casi a diario entre lesiones y contratiempos: juega cada día como si fuera el último; disfrútalo como tal, compite así porque

Porque los deportistas que eligen cómo y cuándo se van son finalmente unos privilegiados. Y ese derecho final, ese irse cuándo uno quiere y cómo uno quiere, es el que se intenta ganar Pau Gasol, que lleva dos años peleando donde otros tal vez se habrían agotado, ya con tan poco que demostrar. Literalmente, dos años: no juega desde el 10 de marzo de 2019, cuando la fatídica lesión en el pie abortó la caza del tercer anillo, en unos Bucks en los que finalmente solo jugó tres partidos y que tampoco ganaron un anillo que se llevó Marc Gasol en Toronto.

Scariolo pide paciencia en As y es lógico: Pau no solo lleva dos años sin competir. Hay que considerar también que no es un jugador frenado en su cúspide. Su lesión llegó en, ya, el tramo final de una legendaria carrera de dos décadas que le ha convertido en icono del baloncesto (no solo español). Pero, bien mirado, en cuanto llegó la desgracia y él afirmó su deseo de pelear por jugar, competir y volver a ser olímpico (Tokio es la respuesta a todas las preguntas), el desenlace solo podía ser este: de vuelta en el Barcelona, dos décadas exactas después de la final de Copa en Málaga y su MVP del Raimundo Saporta, que se llevó después de un 3-0 por la Liga al Real Madrid solo dos semanas antes de cumplir 21 años, menos de una de ser elegido con el número 3 del draft de la NBA. Tenía que ser en el Barcelona y tendrá que ser, después y finalmente, si todo va bien, con la camiseta de la Selección. Ahí sí, Pau Gasol podrá irse en sus términos. Y añadirá a su extraordinario recorrido estos dos años de trabajo en silencio, contra el desaliento, los contratiempos y, para colmo, la pandemia. Porque puestos a citar, los últimos dos años del mejor jugador español de siempre no han sido tanto Sinatra como la Reina Isabel I de Inglaterra: "Lo daría todo por un poco más de tiempo". Hoy, con el anuncio oficial de su regreso al Barça, ese tiempo vuelve a correr hacia delante y no hacia atrás para Pau Gasol. Por fin.