Seguro que Diego Carlos y Koundé habían oído hablar de un tal Haaland, pero apreciar a este kíller de cerca siempre impacta más. Tanto, que dos de los mejores centrales de LaLiga (y de Europa) en estos momentos ni siquiera pudieron agarrarle de la camiseta como Piqué sí había logrado un día antes ante Mbappé. El motivo es muy simple: a nivel físico, no existe a día de hoy un delantero que reúna las cualidades del noruego. Es alto, fuerte, rápido y desprende una energía sin precedentes que le convierte en el delantero del futuro. Sus cifras lo reflejan: con tan solo 20 años suma un total de 18 goles en sus 13 apariciones en Champions. Lo nunca visto.

Y una muestra de lo que es y será el fútbol en los próximos años. Perfiles como los de Haaland o Mbappé, ambos verticales, veloces y voraces como nadie, están poniendo a prueba que el físico se está imponiendo al talento. El repaso de Haaland al Sevilla, el show de Mbappé en el Camp Nou o la conquista de la Champions por parte de un Bayern que cambió la posesión por el acoso son la prueba de que el fútbol está cambiando. Toca, por tanto, reinventarse España, un país que lleva años optando por el talento como principal característica a la hora de formar jugadores y ahora ve como otros estilos le adelantan por los lados. Con Haaland como máxima expresión del nuevo fútbol basado en la más pura potencia. Impresiona el nene.