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Bale, ya no engañas a nadie

No hay refrán más sabio que aquel que dice que el tiempo pone a cada uno en su sitio. Resulta que ha tenido que llegar Mourinho, cuya principal cualidad no es precisamente la paciencia, para delatar ante el mundo entero lo que ya sabíamos: Bale no está siendo un buen profesional desde hace bastante tiempo. Por si a alguien le quedaban dudas de la inteligencia emocional que posee Zidane, que valore lo astuto y sutil que fue con las continuas ñoñerías del galés. Bale ha sido un niño malcriado desde la final de Kiev, en la que tuvo la osadía de amenazar con un replanteamiento de su situación en el Madrid si no le mejoraban su estatus jerárquico en el equipo. Zidane tomó nota esa noche de gloria y dolor (no olviden tampoco la rajada de Cristiano anticipando su adiós) y comprobó que Gareth es más egoísta de lo que la gente cree y que se refugiaba en su mal español y en su presunta timidez para viajar en una autovía alejada del resto del equipo. Cuando Zidane dijo hace dos veranos que por él si se iba Bale “hoy mejor que mañana”, estaba dando un zapatazo con envío directo al despacho del presidente para que resolviera la salida de un futbolista que estaba convirtiéndose en una auténtica rémora para el vestuario.

Pasó el tren de China y durante toda la temporada pasada Zidane tuvo que aguantar las lesiones imaginarias y las exhibiciones amorosas sobre el golf que seguía haciendo el futbolista mejor pagado de la plantilla. En el partido decisivo de Champions ante el City, en el Etihad, se cansó de tanta engañifa y le dejó directamente en Madrid. Qué casualidad, también en aquella ocasión se deslizó que el jugador no tenía buenas sensaciones. Lo que pasa es que Bale le preguntó a Zidane si tenía alguna opción de jugar y, cuando la respuesta fue negativa, se bajó del barco olvidándose de que su equipo se jugaba la vida en la Champions.

Ahora Mourinho ha descubierto en sus carnes lo que ya sufrió Zidane todo el curso pasado. Con Mou hay pocos escondites y se ha cansado de tapar al galés, al que protege en exceso el poderío de su afamado agente, Jonathan Barnett, ese que se ha atrevido a menudo a menospreciar a la afición del Bernabéu llegando a afirmar que “debería besar el suelo por donde pisa Bale”. La gran faena de todo esto es que en verano regresará el enamorado de los campos de golf y para pagarle los 30 millones de euros que jamás va a justificar en el campo tendrá que salir por la misma puerta gente comprometida y madridista como Sergio Ramos o Lucas Vázquez. Gareth, ahora entenderás por qué el madridismo jamás te tuvo en sus altares. Ya no engañas a nadie, ni siquiera a Mou…