Alonso es un luchador
El accidente de Fernando Alonso debería quedar lejos de cualquier especulación. Hasta que no se conozcan con precisión los detalles sobre su estado, la única preocupación al respecto pasa por su pronta y total recuperación. Las primeras informaciones resultan tranquilizadoras, todo apunta a que el atropello puedo tener peores consecuencias. Y también producirse en un momento incluso más inoportuno. Cuando se confirme que las lesiones son limitadas, tiempo será entonces de pensar que todavía queda mes y medio para el inicio del Mundial de Fórmula 1, así que con bastante probabilidad su debut con Alpine Renault no tendría que verse afectado. Aunque insisto: ahora todo lo que no sea la salud del piloto queda en un segundo plano, por mucho que algunos incluso hayan comenzado a especular ya con quién ocuparía su puesto si no llega a tiempo a la primera cita del año. Impresionante…
De las pocas certezas, pero muy esperanzadora, que tenemos hoy es el convencimiento de que Alonso es un luchador. El deporte, el automovilismo, la búsqueda constante de la superación son el motor de su vida desde que era un niño. Lo ha demostrado en infinidad de ocasiones, con sus constantes desafíos en los circuitos, incluyendo el más reciente de regresar a los grandes premios porque se siente en forma, competitivo. Por ello no tengo la menor duda de que, en cuanto le sea posible, el ovetense se entregará como siempre a salir adelante de este trance, un tropiezo del que se repondrá con ánimos renovados. Su ambición es volver a la F1 y, si es posible, por supuesto ganar cuando las circunstancias se lo permitan. Y seguirá siendo así tan pronto como este tremendo susto quede atrás. Confiemos en ello, confiemos en Alonso.