El VAR se maneja con 22 criterios

El Cádiz está dolido por las tres rectificaciones a que instó Mateu, desde la sala VAR, a Pizarro, árbitro de campo, en Anoeta. Tres jugadas fronterizas, falladas a favor del Cádiz sobre el campo, revertidas después por intervención de Mateu. Jugadas gordas: apareció un penalti contra el Cádiz, desapareció un penalti a su favor y le expulsaron a un jugador. El club protestó en escrito de su presidente, pero no tiene remedio. El Cádiz siente y se queja de que con el VAR la moneda siempre le cae de cruz. Recuerda especialmente una jugada ante el Elche, muy parecida al primer penalti de ayer, en el que la moneda le cayó también de cruz.

Personalmente me harta el VAR; recuerdo que se pensó para cosas gordas y desde que entró en cosas menores se ha liado. Y, peor, ni todos se entrometen en el mismo grado que anteayer Mateu ni todos ven las cosas igual, sobre todo las manos, con las que tanto lío se ha armado. Hay más árbitros de VAR que de campo: 22. Los 20 que arbitran y dos recién retirados. Iturralde piensa y repite que ya que los partidos se juegan escalonados más valdría un número corto, pongamos seis, y un criterio único, pero no tenemos eso, sino un pandemónium que convierte este arbitraje a dúo en algo variable e irritante por caprichoso. Estamos peor.

Y luego están las reacciones a la queja, en las que de nuevo se ve lo fácil que es humillar al de abajo. La queja del Cádiz fue respondida con un fulminante ‘todo ha estado bien’ que no se ha dado cuando se han quejado otros. Y el Cádiz ya ha visto cómo su entrenador se vio suspendido cuatro partidos por una queja razonable contra el VAR, pero Koeman se quejó tras el penalti del Clásico y no le han vuelto a pitar un penalti en contra al Barça ni uno a favor al Madrid. Y luego está lo de Piqué y eso de que el 85% de los árbitros son del Madrid y por eso le ayudan sistemáticamente, palabras que aún flotan por ahí sin sanción. Aquí hay ley del embudo.