Al Madrid solo le salva la estrategia
Cuando los extremos se tocan, suelen pasar cosas. El balón parado, que tanto da al Madrid y quita al Huesca, salió al auxilio del equipo de Zidane en otra tarde como mínimo dispersa. La parálisis en el capítulo defensivo tocó a ambos conjuntos y compuso un guion de ida y vuelta y ocasiones a pares. Ante el abandono general en el repliegue y la irresponsabilidad en las vigilancias se hizo acreedor del triunfo un Madrid que le puso al menos empeño y una intención más vanguardista. Con Kroos y Modric otra vez al frente de la trama pudo sortear la multitud oscense en el carril central y trasladar el balón a los costados y a los intevalos libres entre central y carrilero. Vinicius encaró con más o menos suerte —tres regates buenos— y aportó profundidad. Y Asensio se movió con confianza y afianzó su crecimiento al volver a recobrar la verticalidad que un día pareció haber perdido. El balear ayudó a abrir líneas de pase por dentro y generar el desasosiego en la zaga local por no saber a qué atenerse con él. Solo Odriozola dejó pasar en el Madrid una oportunidad de reivindicación, incapaz de aparecer en ataque y de sostener la agilidad de Javi Galán.
El Huesca nunca tuvo apariencia de colista por la forma de jugar. Sí por sufrir el final de siempre. No se conformó con el empate y bordeó la victoria de haber estado más acertado, pero no hay partido que no se pegue un tiro al pie por su desastre defensivo. Nunca sujetó a Kroos y Modric, incombustible y el jugador que más propulsó la victoria blanca por sus continuos desmarques en profundidad. La blandura del Huesca —15 remates blancos dentro de su área— contribuyó a ver a un Madrid más afilado con balón, desasistido en los metros finales por la ineficacia de Benzema, inmerso en uno de esos días. Se tuvo que salvar el Madrid por su superioridad en la estrategia para resolver un nuevo entuerto en el que se vio envuelto. Nadie le puede exigir nada más ahora, aunque suene difícil escucharlo para sus intereses.
La atracción y el vacío
Salida de balón del Huesca donde Mendy encima a Maffeo (lateral contra carrilero) y a Kroos no le da tiempo a seguir el movimiento de Mikel Rico al espacio libre. El bloque del Madrid se desajusta todavía más tras la salida de zona inexplicable de Nacho.