En tiempos de recesión económica y ajuste de contratos, el único club que parece inmune a la pandemia es el PSG y sus petrodólares. Es verdad que las cuentas del club parisino evidencian que han dejado de ingresar mucha pasta, pero lo que le llega al personal es que está a punto de renovar a Neymar, que coquetea con Messi y que quiere atar por más años a Mbappé. El brasileño, íntimo de Leo, lleva varios meses regalándole los oídos a Kilyan para que siga a su lado y el delantero francés da la sensación de que ha aparcado sus guiños al Madrid. El sueño de Florentino para inaugurar su faraónico Bernabéu se está complicando porque competir con una oferta económica del PSG parece imposible.

La baza del presidente pasaría más por hacerle ver al chaval que en el Madrid sería la joya de la corona y la gran referencia, mientras que en París tendría que seguir compartiendo cartel. Si Neymar y Mbappé hacen 'chupipandi' las posibilidades de sacar al delantero parisino de Francia se reducen de manera exponencial. Si no le puedes pagar más de lo que cobra ahora, si se siente cómodo con sus colegas de vestuario y ni siquiera le puedes asegurar que Zidane va a ser su entrenador la próxima temporada, la operación se antoja imposible. Salvo que Florentino guarde un as mágico en la manga, el sueño de Mbappé se enfría a medida que su buen rollo con Neymar crece…