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El futbolista pierde la confianza en sí mismo

A lo largo de los últimos años la historia del Real Madrid está cargada de jugadores llamados de cristal, por sus múltiples y constantes lesiones, sin aparente justificación ni explicación, a pesar de todas las pruebas médicas que se les realiza. El ultimo así catalogado, Gareth Bale, abandonó ya la disciplina del club, ahora cedido por una temporada en el Tottenham, pero da la sensación de que Eden Hazard ha cogido ese testigo para no abandonar la dolorosa tradición. Algunos amigos me dicen que el belga juega con miedo. Yo, personalmente, y después de tantos años en el deporte, creo que no se trata de miedo. Es inseguridad, o falta de seguridad en sí mismo. El jugador corre, salta, esprinta y regatea, pero lo hace sin confianza en sí mismo y esto le provoca ansiedad, con lo cual es muy difícil definir correctamente como quiere la jugada. Y cuanto más lo intenta, mas inseguridad le crea, mas estrés sufre y en consecuencia más lesiones musculares aparecen. Porque ya sabemos que el estrés emocional y la ansiedad son dos factores desencadenantes de lesiones musculares entre los deportistas.

El martes pasado Hazard no se entrenó y ya se observó una sobrecarga muscular. Ayer ya se habló de lesión muscular en el recto anterior de su pierna izquierda, con lo que le tendremos apartado de los terrenos de juego por espacio mínimo de tres semanas. Hay que hacer hincapié en que en todas las lesiones que ha tenido hasta la fecha los servicios médicos del club han sido tremendamente prudentes en su buen hacer y no ha habido recaídas de relieve. Esperemos y así lo deseamos que pronto termine este calvario y el jugador demuestre su real valía.