La triste filtración del 'informe Planes'
Ramon Planes, secretario técnico del Barça, comprobó estupefacto el viernes cómo, por primera vez en 20 años de carrera, un informe interno suyo veía literalmente la luz. Más allá de las consecuencias que pueda tener (algunos expertos consideran que puede violar la protección de datos), Planes sólo entregó ese documento a Carles Tusquets, presidente de la Gestora. La filtración del informe, impecable por otra parte, defendía la baratísima incorporación de Èric García y expresaba las lógicas dudas con Umtiti, por sus problemas en la rodilla; y con Mingueza, con poco tiempo en la élite y ciertas limitaciones futbolísticas.
Así que si Planes sólo entregó esos folios a Tusquets y salieron a la luz... Como a la luz habían ido saliendo durante la semana las cartas que se habían intercambiado el presidente de la Gestora y Joan Laporta, que había advertido al interino sobre los riesgos que corre si hace “actos de disposición” (fichar a Èric, por ejemplo). Tusquets le acusó de mirar por sus intereses más que por los del club. Tesorero del Barça en la época de Núñez, Tusquets ya es el presidente de la Gestora más longevo de la historia del club. Ha superado el tiempo fijado por los estatutos y, además, no ha cumplido con la recomendación de mantener un papel anónimo. Al contrario, agitó al mejor jugador de la historia del club con una visión personal (“hubiera sido deseable vender a Messi”); y revienta al vestuario con su implicación en la filtración del informe Planes.
Tusquets ha entrado en una guerra sucia a la que nadie le había llamado, pero que en ningún caso justifica a los candidatos, que están demostrando muy poco respeto a un equipo que, con sus defectos, ha ganado sus últimos siete partidos fuera de casa en medio de una crisis económica agudísima y un ambiente tóxico. Laporta prometió no desestabilizar al equipo, pero ha torpedeado hasta el extremo el fichaje de Èric García para evitar que su gran rival, Víctor Font, se apuntase el tanto. Font, mientras, ha hecho más por que se supiese que el mérito del fichaje sería suyo que por conseguir un consenso secreto para que Koeman pudiera tener al central o a Depay, su gran sueño. Todo por el poder y nada por el Barça, ahora que el club está herido.
Es tan volátil el universo Barça que ninguna de las 20 preguntas que respondió ayer Koeman tuvo que ver con Messi, ahora que su futuro está realmente en el aire. Ayer no interesaba el argentino (este domingo lo hará más...). Ni que respire el Barça. Sólo el poder.