Lucas más Asensio igual a victoria

Ya es una constante: al Madrid se le atascan los equipos que le esperan parapetados, pero se le dan bien los que ‘juegan y dejan jugar’, como se decía antes. Claro que en lo del Celta no sé si cabe el dicho, porque jugar juega, y muy bien, pero no siempre deja jugar. En la primera parte manejó tan bien el balón que sacó del partido al Madrid, que no encontraba manera de quitárselo. Lo malo del Celta es que no profundizó. Llegó sólo dos veces con peligro, y en ambas Nacho salvó el gol. A cambio, el Madrid, sin llegar mucho, fue muy certero. Por eso ganó al Celta en la noche fría de Valdebebas.

El primer gol llegó justo de vuelta del primero que salvó Nacho, tras una conexión perfecta, que ya no se repetiría, entre Nolito e Iago Aspas. El rechace lo manejó el Madrid muy bien, Asensio se fue por la izquierda y en jugada de extremo clásico desbordó y puso un caramelito al segundo palo, que cabeceó Lucas Vázquez. Avanzada la segunda mitad le devolvería
el gol: una mala salida del Celta la cortó Modric, el balón llegó a Lucas Vázquez y este sirvió a Asensio, que remató con seguridad. Dos relámpagos que resolvieron el partido ante un Celta que se esfumó tras la lesión de Iago Aspas.

Merece la pena detenerse en los dos protagonistas. Asensio dio por fin la sensación de que empieza a levantar, y de hecho pasó por delante de Hazard, al que seguimos esperando. Salió al final y apenas hizo nada. Lucas Vázquez es un luchador que se ha hecho con un sitio a fuerza de resolver dos papeletas en la banda, la de lateral y la de extremo, y pasa con justicia por delante de muchas novedades que insinúan más de lo que a la hora de la verdad ofrecen. Zidane no está para correr riesgos, y mientras se agarra a lo seguro va recuperando a Asensio.