NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

El empate en el Carranza es una oportunidad perdida

Valladolid

El Real Valladolid empató en el Carranza y sigue sin saber ganar en la Tacita de Plata en Primera. A priori se podría pensar que el punto es positivo, a domicilio, con la portería a cero por primera vez en la Liga tras 16 jornadas y un control ficticio del partido, pero lo cierto es que la sensación general fue de oportunidad perdida. Porque el equipo de Cervera se ciñó a su plan: dejar el balón al contrario e intentar aprovechar sus ocasiones. Los pucelanos tuvieron mucho balón, pero no acertaron a crear muchas oportunidades. Salvo la primera de Weissman y la última de Toni, el equipo tocó demasiado, pero no tuvo profundidad, ni verticalidad, ni generó acciones de gol, cuestión en la que tampoco estuvo mucho mejor el conjunto cadista.

Porque si el plan era sorprender al Cádiz con dos delanteros, Guardiola sí jugó los 90 minutos, y matar el partido al final con dos artistas como Toni y Jota, la operación no salió del todo bien. Pudo sentenciar el partido Toni en dos ocasiones. Debió hacerlo, pero el resto del equipo, ofensivamente, no terminó de aportar. Porque si bien en defensa el equipo no pasó apenas dificultades con un buen Bruno y un El Yamiq que mejoró con el paso de los minutos, con un regular Hervías y un buen Carnero, al resto del equipo hay que pedirle más. Alcaraz estuvo participativo y abarcó mucho terreno, pero su aportación ofensiva puede ser mayor, como le pasó a Roque Mesa, aunque estuvo muy bien en la distribución. Sin embargo, tanto Plano, como Orellana estuvieron desaparecidos. El madrileño mezcla buenas actuaciones con otras discretas, pero el caso del chileno empieza a ser llamativo por su falta de protagonismo en el juego del equipo. El que debía ser el emblema pucelano no pasa de ser una comparsa cuando no un futbolista desapercibido. Buen trabajo de Guardiola pese a su error final y correcto de un Weissman al que le llegó una y la mandó al larguero. 

Lo cierto es que el conjunto pucelano va a despedir este maldito 2020 en descenso. Los 15 puntos en 16 jornadas son fiel reflejo de lo que ha sido este inicio de temporada, donde los pucelanos han tenido muchas más sombras que luces. El mal inicio y el lamentable partido ante el Barcelona han marcado estos duelos en los que se esperaba más de un equipo que, supuestamente, ha dado un salto de calidad. Éste no se ha dado ni a nivel individual ni, mucho menos, a nivel colectivo, lo que lleva al Real Valladolid a comerse las uvas entre los tres últimos. Sergio González compró la moto de que había equipo para mucho más y el sopapo de realidad es mirar la clasificación. Empatar a cero en Cádiz no es ningún triunfo, es una oportunidad perdida, pero también puede ser el inicio de la vuelta a los orígenes sobre los cuales el equipo logró dos salvaciones.

Y con enero, además, llegará el mercado de fichajes. Lo intuía Miguel Ángel Gómez en AS y lo dejaba claro el técnico en la previa del partido: hay que contratar un delantero. Y no una comparsa, no un jugador que venga a jugar los minutos de la basura o al que sacar sólo en situaciones desesperadas. El delantero que fiche el Real Valladolid tiene que lograr marcar cinco o seis goles en la segunda vuelta. Para traer canteranos de otros equipos de Primera, mejor el regreso de Sekou, que al menos es blanquivioleta, pero no. El Pucela debe apostar por un delantero contrastado y que sea capaz de marcar la diferencia para suplir al mejor jugador de este inicio de temporada, Marcos André. Lo contrario será equivocarse y darle otro empujoncito al equipo hacia Segunda División. Feliz año 2021.