Un mantra que urge acallar

Se ha instalado en el entorno del Sevilla, no sin razón, el mantra de que al equipo de Lopetegui no le sienta bien adelantarse pronto en el marcador. O lo que es lo mismo, que le perjudica marcar, algo que va en contra de los principios fundamentales del fútbol. Pero los datos se empeñan en reflejar que cuando el Sevilla se va ganando al descanso, como ante Athletic o Valladolid, acaba perdiendo o no ganando, mientras que la mayoría de triunfos del curso han llegado en los minutos finales y por la mínima. El 0-1 de la última salida sevillista, logrado en el Coliseum ante el Getafe con gol en propia puerta, es el mejor exponente.

No quiere decir esto que el Sevilla sea un equipo rácano, pero sí que prefiere jugar a partidos en los que pasen pocas cosas. Y ya sea por falta de piernas, por ser el equipo que menos vacaciones ha tenido y más ha jugado en 2020, por cansancio mental de los propios jugadores, por cierta tendencia conservadora transmitida desde el banquillo o, probablemente, por una mezcla de todas estas causas, el Sevilla no va a por el segundo gol cuando marca el primero. Y no parece Mestalla el sitio más propicio para revertir esta tendencia, aunque la intensa rivalidad entre Valencia y Sevilla de hace menos de un lustro se vea ya tan lejana.