El déficit de siempre del Madrid

El partido que amaneció apenas duró. El Athletic, cuya condición y dignidad futbolística resultó incuestionable, se vio obligado a cambiar el plan de presión adelantada muy pronto y la trama giró a lo que menos interesa al Madrid, que se salvó por el acierto residual en ocasiones contadísimas. Las carencias creativas de los de Zidane ante rivales replegados, esta vez por pura inferioridad numérica rojiblanca, se plasmaron una vez más. La pelota no corrió, se pisaron posiciones, nadie le puso descaro individual —solo 11 regates intentados— y únicamente el subidón sostenido de Benzema evitó el desastre blanco. El Madrid no encuentra la forma de atacar en este tipo de contextos y se aboca a centros sin sentido o jugadas aisladas que en esta ocasión le hicieron un guiño ante un gran Athletic.

La confusión de Vinicius en la izquierda, más cerrado que abierto, fue el síntoma del letargo ofensivo del Madrid. Con Mendy no termina de tener feeling, pero es todavía peor que ocupe ubicaciones centradas tanto tiempo. Se pierde su capacidad de uno contra uno y arrancada, las dos grandes virtudes y casi las únicas de las que ahora mismo puede presumir el brasileño. Está bien que aparezca en zonas interiores, pero lo debe hace de forma episódica y como señuelo para el lateral y central rivales. Hasta Modric tuvo que rellenar ese espacio absurdo generado entre Mendy y Vinicius y equilibrar las acciones de ataque, no pocas —47% hasta que el brasileño fue sustituido—, del Madrid por ese costado. Solo los barridos de Valverde y los movimientos constantes de Benzema sacaron a los de Zidane de su monotonía ante un Athletic que mereció mucho más. Con diez, bajo las ayudas de los deslices de Ramos, tuvo el empate, negado por Courtois. El portero belga para, Benzema resuelve. Entre ambos camuflaron, como tantas otra veces, las limitaciones del Madrid.

La llegada de Valverde

El uruguayo gana altura y alcanza el área ante la defensa hundida del Athletic. Su aparición desde atrás, que no su posición, abre la puerta para las incorporaciones sorpresivas de Kroos y Modric.