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Ese Estimem el Barça...

El Barça vuelve a sentir la camiseta. Antes de hablar de fútbol, ADN y excelencia en el toque, lo más importante para cualquier aficionado es sentirse representado por sus jugadores. Ese "Estimem el Barça" de la candidatura de Laporta parece clavado para los tiempos que vienen. Porque el abandono del Barça llegó a un punto del todo inaceptable el 14 de agosto en Lisboa. Aquel día, aquellos jugadores, por más gloria que hayan dado al club, tiraron al suelo de camiseta.

Algo ha cambiado en el Barça. Seguramente sea el hambre de jornaleros de la gloria como Braithwaite, de gregarios como Dest que se proclamaron listos para quedarse sin oxígeno; de jóvenes como Mingueza o Trincao. Y de estrellas que sienten la necesidad de tener el reconocimiento como Griezmann, De Jong o Pjanic. Un equipo que no ha ganado nada y que, de hecho, puede llegar a parecer mediocre por momentos si se compara con el de las mejores épocas. Pero que muerde en el campo y que, por fin, parece no creerse más que nadie y que vuelve a intentar ser el mejor desde la humildad.

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Tal vez merezca un capítulo aparte Dembélé, una oveja descarriada que intenta regresar al rebaño. Dembélé es un jugador postmoderno. Sus highlights en Youtube deben ser de los mejores; y está justificado que su rating en el FIFA sea alto. Por condiciones, es un jugador insuperable, aunque la realidad le nuble la vista en ocasiones y no sea tan bueno como en su versión virtual. Pero el Dembélé virtual puede llegar a ser real. Al menos, se está esmerando. Dio una asistencia, se pidió un penalti, se puso el brazalete de capitán. Estuvo a punto de marcar un gol de bandera (similar al del Tottenham). Dembélé, dicho está hace tiempo aquí, es un jugador tan especial que ha sido capaz, sin hacer nada relevante, de quitarle portadas a Messi. Que tiene algo es evidente.

Y luego está Koeman. El no vino con el eslogan "Estimem el Barça", pero lo está demostrando con hechos. La gent blaugrana empieza a reconocerse de nuevo.