El Madrid se aboca a la nada
Al Madrid no le va esta Liga. Da igual el contexto, el adversario o la alineación. Se cae en la clasificación por su atasco ofensivo y las recurrentes ventajas defensivas que da. La derrota contra un mayúsculo Alavés, liderado por el ejercicio de contención de Laguardia y la dupla maravillosa de Lucas Pérez y Joselu, encierra el debilitamiento de un equipo que llega tarde a los partidos y que carece de automatismos que favorezcan su idea de juego. Al menos no se le puede acusar de falta de empeño. Ante el Alavés lo intentó hasta el final, pero no le alcanzó.
La entrada al partido del Madrid sintentizó el desastre que iba a suceder. Nunca pudo enfrentar el juego aéreo de Joselu (siete duelos ganados de nueve), ni tampoco sujetar la movilidad de Lucas Pérez. Relajó su presión en los minutos iniciales, decisivas las ausencias de Valverde y Mendy en este aspecto del juego, y dio alas a un Alavés superior que encaró situaciones muy ventajosas de gol frente a Courtois. Tan mal funcionó el aparato defensivo del Madrid como la propuesta en ataque. Cuando el Alavés se instalaba en un bloque bajo, solo le quedó el recurso del centro de los laterales después de los cambios de orientación de Modric y Kroos. Nunca tuvo fútbol interior suficiente para mezclar sus jugadas por dentro y por fuera (65% de ataques por las bandas). Inmerso en un déficit de creatividad lacerante, solo impulsado por Modric y Kroos, el Madrid se ahogó y el Alavés protegió su portería con cierta comodidad (60 acciones buenas en área propia). La nueva lesión de Hazard le desgastó todavía más, Rodrygo pasó de puntillas y Asensio fue otra vez Asensio. Como el Madrid de esta Liga. Indisciplinado, indolente y poco ingenioso.
La inacción
Mariano, Rodrygo y Casemiro como mediapunta se colocan a una altura similar y no ofrecen línea de pase por dentro ante las líneas juntas del Alavés. Kroos se ve abocado a volver a abrir de nuevo a la banda.