Ter Stegen desafía el protocolo del medio campo
Basta un soplo para derribar al Barça de este tiempo oscurecido. Aunque el equipo se vista de amarillo, como anoche, el equipaje que exhibe es gris, y convoca colores grises en el semblante de sus principales jugadores, los decisivos, incluido en el máximo responsable, Ronald Koeman. Ese color que significa nada en la escala de los colores contagió anoche al más regular de la presente plantilla titular. Ter Stegen se atrevió a desafiar el protocolo del medio campo, se adentró sin necesidad ninguna cerca de la raya en la que el portero tiene poco que hacer, y el Atlético abordó la más fácil de las tareas: rematar a puerta vacía.
Desde entonces el equipo azulgrana se vistió definitivamente de gris; y aunque ensayó colores variados, esa fue la prueba cromática que tiñó los colores de la voluntad y de las botas. Aquel en el que todos nos fijamos fue, para desgracia de la jornada, el más gris de todos; como es fácil fijarse, Messi no está bien. Exhibió incluso una calentura que no nace por casualidad en los labios. Para bien del fútbol, y no sólo del Barça, ojalá se cure.
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