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Mariano, crack. Pasan lo años y uno sigue sin entender qué le ha pasado a Zidane con Mariano. El chaval es un torbellino y en los pocos ratos que salta al campo pone de los nervios a las defensas rivales. La temporada pasada sólo necesitó 52 segundos para meterle un gol al Barça. Ante el Villarreal de Emery fue titular por fin (a la fuerza ahorcan al no estar ni Benzema ni Jovic) y en 105 segundos ya había batido a Asenjo con un golazo de cabeza a lo Santillana, lanzándose en plancha para rematar un pase perfecto del retornado Carvajal. Mariano ha metido 6 goles en los 7 partidos en que ha sido titular desde que está en el Madrid. Mete un gol cada 83 minutos. Jovic ha necesitado 1.056 minutos para los dos goles que lleva de blanco, mientras que Mariano ha metido los dos últimos en solo 194... Zidane, abre los ojos con este killer. Un nueve puro, a la vieja usanza, un rematador furioso. Por eso no entendí que lo quitase en la recta final del partido para dejar a Asensio de falso 9. Zizou, últimamente nos tienes algo desconcertados...

Bien la cantera. Y eso que las adversas circunstancias (lesionados, positivos por COVID-19...) obligaron a Zinedine a alinear un once atípico, que contaba con la presencia de cinco canteranos. Carvajal jugó 63 partidos en el Castilla entre 2010 y 2012 (3 goles y 6 asistencias); Nacho acumula 111 en el filial; Lucas Vázquez 92 en el Castilla (15 goles, 14 asistencias), más 14 en el Madrid C de Tercera; Mariano 33 encuentros en el Castilla (27 goles) y 26 en el Madrid C (15); y Odegaard 62 partidos con el filial blanco (5 goles y 9 asistencias). Los cinco salieron con brío a La Cerámica, demostrando que el ADN de ‘La Fábrica’ siempre es un seguro de vida en tiempos de fútbol pandémico y de inestabilidad provocada por la atípica situación que nos toca vivir. Por eso no entendí que Zizou cambiase a Odegaard con casi media hora de juego por delante, pese a que el noruego estuvo muy implicado. Y lo peor es que sacó a Isco, que tiene la cabeza en su posible salida en el mercado de invierno. No es normal tirar de un futbolista que ya no está al 100% por razones obvias. De hecho, el juego del equipo se ralentizó y el Villarreal aprovechó para empezar a dar dentelladas.

Bien Emery. El guipuzcoano hizo al contrario que Zidane. Reactivó al Submarino Amarillo al meter en la última media hora a Chukwueze, Estupiñán y Yeremi Pino. Los tres aportaron desborde, velocidad y entusiasmo. El Madrid sobrevivía con varios sustos, hasta que Courtois se precipitó en una salida y Chukweze le sacó un penalti claro. Eso sí, al Madrid le han pitado cuatro en dos partidos seguidos. No creo que haya ningún precedente al respecto...

Grande Modric. No me canso de decirlo. En la sala de máquinas, el más indiscutible es Modric. Los 35 años del croata no le impiden ser el mejor en la salida de balón y el mejor en la presión y recuperación. Hizo un esfuerzo increíble y dio una lección a Kroos, que sigue empeñado en jugar con pajarita, olvidando que no estamos para guateques de alto copete.

Ruleta rusa. Dentro de esa ruleta rusa en que se ha convertido el calendario, el Madrid apenas tiene tiempo para cambiar el chip y viajar el martes a Milán para jugarse la vida en la Champions un día después en San Siro. Lo único que de verdad vale es ganar a la tropa de Conte. Ojalá vuelvan Casemiro y Benzema. Y que Ramos se cure pronto. Se les echa de menos.