LA PIZARRA TÁCTICA

El problema reiterado de España

Javier Sillés
Subdirector de AS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense, empezó en 2011 en la sección del Real Madrid como becario. Después pasó a AStv, donde ejerció la función de editor jefe hasta 2021 y como jefe también de la sección de infografía. En 2021 fue nombrado de redactor jefe de fútbol y en 2022 ascendió a subdirector de AS.
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Hay algo en España que comienza a inquietar. No es el empate en sí ante Suiza, ni tampoco su efecto clasificatorio en esta desarraigada Liga de la Naciones. Se trata de una cuestión más profunda. Las buenas intenciones y compromiso colectivo quedan minimizados por su exposición continua frente a cualquier rival, sea de la entidad que sea. La revisión del estilo que propone Luis Enrique, necesaria para adaptarse a este nuevo tiempo, precisa a su vez del componente de control que ahora no termina de tener nunca la Selección. A veces falta pausa con el balón —la ausencia de Thiago es clave en este aspecto—, a veces falta más sincronía en los movimientos y cohesión. Frente a Suiza fue zarandeada en las transiciones a causa de pérdidas en las entregas y una fractura entre las líneas durante algunas situaciones de presión alta. No es la primera vez que le sucede y no se adivina un arreglo inmediato.

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Entendió Suiza cómo ensanchar su juego en la salida y complicar la presión a España. Con los centrales ladeados, solo Xhaka ocupaba ese carril central en los primeros pases. Los demás jugadores se abrían y ponían en un brete al bloque español. Busquets y Merino (o Fabián) vaciaban en cierta medida el centro para erosionar las líneas de pase, pero los apoyos de Embolo, como en el gol, distorsionaban todavía más a la Selección y confundían a Ramos. Tampoco Reguilón interpretó bien qué hacer en cada momento. Como ante Holanda, saltaba a destiempo y dejaba un surco en su banda. Sufrió España por estos motivos y tardó en encontrarse con balón, pese a la superioridad de Ferran sobre Ricardo Rodríguez en el costado derecho. El extremo esperaba en el lado débil para intervenir y desbordaba después con una facilidad innata. Pero fueron las entradas de Morata y Koke, también de Canales y Gerard Moreno, las que afilaron a España. Los movimientos del delantero de la Juventus fueron perfectos y la lectura de Koke en el pase puso contra las cuerdas a Suiza. No fue suficiente para lograr la remontada que tocó de cerca. Las equivocaciones previas y reiteradas en la presión y balance defensivo habían elevado el muro. Visto desde fuera, Luis Enrique no se baja de su plan y hace bien, pero parece imprescindible realizar ajustes si España pretende postularse de cara a la próxima Eurocopa.

Presión equivocada

El problema reiterado de España

Ramos sigue a Embolo casi 60 metros y pierde su posición. Había un vacío en el medio que intenta llenar de forma alocada. Después Reguilón salta a la presión en vez de recular y corregir su espalda. Distancia entre líneas en España y decisiones individuales erróneas.

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