El problema reiterado de España

Hay algo en España que comienza a inquietar. No es el empate en sí ante Suiza, ni tampoco su efecto clasificatorio en esta desarraigada Liga de la Naciones. Se trata de una cuestión más profunda. Las buenas intenciones y compromiso colectivo quedan minimizados por su exposición continua frente a cualquier rival, sea de la entidad que sea. La revisión del estilo que propone Luis Enrique, necesaria para adaptarse a este nuevo tiempo, precisa a su vez del componente de control que ahora no termina de tener nunca la Selección. A veces falta pausa con el balón —la ausencia de Thiago es clave en este aspecto—, a veces falta más sincronía en los movimientos y cohesión. Frente a Suiza fue zarandeada en las transiciones a causa de pérdidas en las entregas y una fractura entre las líneas durante algunas situaciones de presión alta. No es la primera vez que le sucede y no se adivina un arreglo inmediato.
Noticias relacionadas
Entendió Suiza cómo ensanchar su juego en la salida y complicar la presión a España. Con los centrales ladeados, solo Xhaka ocupaba ese carril central en los primeros pases. Los demás jugadores se abrían y ponían en un brete al bloque español. Busquets y Merino (o Fabián) vaciaban en cierta medida el centro para erosionar las líneas de pase, pero los apoyos de Embolo, como en el gol, distorsionaban todavía más a la Selección y confundían a Ramos. Tampoco Reguilón interpretó bien qué hacer en cada momento. Como ante Holanda, saltaba a destiempo y dejaba un surco en su banda. Sufrió España por estos motivos y tardó en encontrarse con balón, pese a la superioridad de Ferran sobre Ricardo Rodríguez en el costado derecho. El extremo esperaba en el lado débil para intervenir y desbordaba después con una facilidad innata. Pero fueron las entradas de Morata y Koke, también de Canales y Gerard Moreno, las que afilaron a España. Los movimientos del delantero de la Juventus fueron perfectos y la lectura de Koke en el pase puso contra las cuerdas a Suiza. No fue suficiente para lograr la remontada que tocó de cerca. Las equivocaciones previas y reiteradas en la presión y balance defensivo habían elevado el muro. Visto desde fuera, Luis Enrique no se baja de su plan y hace bien, pero parece imprescindible realizar ajustes si España pretende postularse de cara a la próxima Eurocopa.
Presión equivocada

Ramos sigue a Embolo casi 60 metros y pierde su posición. Había un vacío en el medio que intenta llenar de forma alocada. Después Reguilón salta a la presión en vez de recular y corregir su espalda. Distancia entre líneas en España y decisiones individuales erróneas.



