La autenticidad de Pau Torres y un descubrimiento juvenil
El jugador impecable
El peso de las expectativas no abruma al Villarreal. Su rendimiento hasta ahora está en consonancia con la ambición que desprende el proyecto. El paso por Getafe dejó ver a un equipo espléndido, con marchamo de alcanzar cotas importantes esta temporada. El colorido nacional del once, conformado por 11 futbolistas españoles, acerca el éxito en un grupo de jugadores de pie magnífico. El paradigma es Pau Torres (23 años). Es un central de personalidad, estupendo en la salida de balón y con una capacidad innata para romper líneas. No hay nada impostado en su juego. Mira, atrae y descarga. Emery reclamó que tanto él como Albiol se abrieran para ensanchar y aumentar las distancias en la presión del Getafe. La calidad de la zurda de Pau Torres puso el resto. Fue el jugador que más pases buenos dio (45, nueve de los mismos en largo). Su candidatura a acompañar como titular a Sergio Ramos tiene más fuerza que ninguna.
Atacante de garra
El estado de necesidad empujó a Sergio al cambio. La entrada de Marcos André (24 años) en la alineación del Valladolid dio energía, movilidad y carácter al ataque. Ante la espesura general se requiere de futbolistas competentes en los duelos y con posibilidades de generar cosas por sí mismos. El delantero de Coroatá, que tanto impacto causó la pasada campaña en el Mirandés, fue la escapatoria perfecta del Valladolid ante el Athletic. Bajó casi cada balón en largo de Masip o los centrales, se vació en el esfuerzo y se impuso a la zaga rojiblanca con frecuencia (75% de disputas ofensivas ganadas). El penalti y el gol pusieron el broche a una actuación notable que presenció Ronaldo desde el palco.
El defecto constante
La victoria del Valladolid deja al Huesca como único equipo que no ha ganado aún. Se le resiste el triunfo pese a sus buenas maneras futbolísticas. Sus dos últimos encuentros como local, Valladolid y Eibar, tuvieron la misma escenografía. El Huesca empezó mucho mejor y acumuló ocasiones de gol, pero perdonó. Y después se autoflageló con errores de marca en el balón parado que pusieron en ventaja a sus rivales. Al conjunto de Míchel le toca revisar su debilidad en la estrategia defensiva que tanto condiciona sus partidos. Ya ha recibido dos goles de córner, otro de falta directa y le pitaron un penalti en otra acción a balón parado. Las concesiones son múltiples y le abocan al sufrimiento.
La alineación debida
La rareza, tocante con la farsa deportiva, en que se convirtió el Real Sociedad-Granada permitió conocer al juvenil Ángel Jiménez. Es lo que tienen los momentos de adversidad, pasajeros o no, siempre propensos a enseñar nuevas caras. El portero del Granada debutó con 18 años, 4 meses y 16 días y acaparó todos los focos por su elasticidad, saber estar y temperamento. Su cuenta de paradas ascendió hasta las siete, la cifra más alta del actual curso liguero, que solo habían alcanzado Edgar Badía (Betis-Elche) y Pacheco (Alavés-Barcelona). Ángel firmó un promedio de 77,8% de paradas y detuvo un penalti a Willian José. La alineación indebida final no dignificó los méritos del juvenil. Su presencia fue tan oportuna como aparente.