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Apuntes antes del Clásico

Estoy seguro de que muchos de ustedes se sorprenden, como yo, con ciertas decisiones de los entrenadores. Hablo de deshacerse de jugadores como James o Reguilón que tan buen papel han dado siempre en sus equipos. Nadie sabe bien qué le pasaba a Zidane para tomar la decisión tajante de venderlos. James lleva semanas reinando en la Premier, que parece su juguete. Imagínense lo que sucederá ahora tras la terrible lesión de Van Dijk, que deja huérfano al Liverpool. Por su parte, Reguilón hace lo propio en la banda izquierda del Tottenham y de la selección en un momento en el que falta entrega en el equipo de Zidane. Ambas ventas son un error que seguramente pagará caro el equipo merengue. A los blancos les falta empuje y talento, del cual gozan, pero sin plenitud ahora mismo. También gol.

Por su parte, el Barça, al que muchos encumbramos tras las primeras jornadas nos ha desmentido y ha regresado a la realidad, la de un equipo en construcción que necesita aún ser trabajado para dominar. En cuanto aparece un rival con ímpetu desaparecen las ocasiones, el gol y el juego de combinación con el que nos sedujo en las primeras fechas. Da la sensación de que faltan recursos, aunque es precipitado afirmarlo justo tras el parón por las selecciones. Muchos jugadores regresaban cansados de sus largos viajes, pero parece que faltan algunas piezas, que quizá, con una buena preparación, puedan suplir.

Este fin de semana ambos equipos han mostrado su cara más vulnerable ante rivales manifiestamente inferiores. Podría afirmase sin ningún tipo de dudas que se acerca el Clásico más descafeinado de los últimos años. Ninguno de los dos equipos asusta. Pero ¿saben qué? Que un Barça-Madrid sigue siendo el partido del año en cualquier circunstancia o latitud. Aunque ciertos jugadores no estén, la grandeza es patrimonio de estos dos equipos más que de ningún otro. Ojalá no me dejen quedar mal tras esta afirmación y este sábado hagan lo que saben hacer ambos conjuntos: regalarnos un Clásico memorable.