Kroos es el hermano mayor de Alemania

La limpia que llevó a cabo Joachim Löw en la Mannschaft después de la debacle en el Mundial de Rusia (los alemanes tuvieron que hacer las maletas después de la fase de grupos) afectó a todos los campeones del mundo de 2014 excepto a tres: Neuer, Ginter y Kroos. Los demás héroes de Río de Janeiro no volvieron a ser convocados por el míster. Que Ginter, Neuer y Kroos sí sigan portando el águila en el pecho tiene tres sencillas razones: el primero porque apenas tenían 20 años en Brasil. El segundo porque, además de capitán, sigue siendo el mejor portero del Mundo. Y el tercero, con diferencia, es el jugador más importante para Löw.

No lo es por la calidad que esconde en sus botas blancas, que también, sino más bien por ser el timón de una nave (con una tripulación muy joven) al que todos se agarran. Löw inició un cambio generacional en el combinado germano después del batacazo de 2018 y comenzó a apostar por una serie de jugadores sobrados de talento, pero no de experiencia. Havertz, Sané o Süle son el futuro de la tetracampeona del Mundo, pero necesitan de un faro que les guíe. Ese es Kroos, una especie de "hermano mayor", como le describió el Süddeutsche Zeitung, "que les protege con la soberanía y seguridad que desprende".

Löw también necesita que Kroos le eche una mano. El seleccionador alemán vive una de las épocas más complicadas desde que se hizo cargo de la Mannschaft en 2006. Optó por seguir al frente de Alemania después del fracaso en Rusia, prometiendo construir un equipo de futuro que, más de dos años después, sigue sin ilusionar. Tan solo un triunfo en lo que va de 2020 ha terminado por colocar a Löw al borde del precipicio y, también, depende de Kroos rescatarle. Solo será capaz si, además de futbolístico, también ejerce de líder emocional. Como aquellos líderes que fueron Schweinsteiger o Lahm cuando él debutó en 2010...