Helguera, el rebelde de la etapa de los Galácticos

Iván es un cántabro con coraje y mucho orgullo. A ello le unió el sano carácter que aprendió en la tierra de Don Quijote, forjado en su etapa como jugador del Manchego (en Tercera y Segunda B) y del Albacete (Segunda A). En la Roma hizo un máster acelerado en posicionamiento táctico, que le sirvió en el Real Madrid para ser un comodín de lujo en la medular (junto a Makelele) o en la zaga (junto a Fernando Hierro). Helguera convivía con los Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham sin complejos. Recuerdo un vuelo interminable a Tokio (el Madrid de Del Bosque ganó en Yokohama la Intercontinental al Olimpia de Asunción) en el que Iván era de los más dicharacheros, bromeando con Raúl junto a la cabina del piloto por ese miedo que siempre tuvo hacia este tipo de transporte. Lo combatía con humor y buscando conversación con todo el que pasaba a su lado...

Recuerdo que en ese viaje hablamos bastante de fútbol. Ahí percibí que Iván sería de esos jugadores que al colgar las botas podría prolongar su carrera en los banquillos. Por eso, desde hoy voy a seguir con atención y simpatía las evoluciones de Las Rozas, equipo en el que va a dar sus primeros pasos con la pizarra. Que sea su estreno ante Raúl es un guiño del destino que aventura una trayectoria triunfal. Helguera siempre fue un inconformista (era el rebelde en la era de los Galácticos) y seguro que ese espíritu de superación le ayudará a contagiar a sus jugadores del gen ganador que adquirió en el Bernabéu. Todavía recuerdo cómo lideró la defensa en la final de París ante el Valencia, con la difícil misión de suplir a Hierro, que salía de una lesión y estaba en el banquillo. El cántabro fue el sheriff en esa noche parisina, escoltado por Iván Campo y Karanka en esa defensa de cinco que diseñó Del Bosque para ganar la Octava. Casillas, con sólo 19 años, tuvo una final muy plácida. Iván tuvo mucho que ver en ello...