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Leones con piel fina

Pues ya tenemos otro incendio en Bilbao. Entre los provocados por agentes externos, los que andan a la que salta añorando gobiernos pasados, y los pirómanos que empieza a haber dentro del propio club, no tenemos ni medio día tranquilo en esta ciudad. ¿No suena a artificio tanta quema cuando solo llevamos una jornada de Liga? No creo que pueda provocar semejante crispación el mal partido de Granada, maticemos, la tediosa segunda parte, aunque escuchando a algunos parece que asistimos a una hecatombe. Aquí hay algo más, y empezamos a olfatearnos el tufillo ficticio.

Arrancamos la semana pidiendo desde este medio a Elizegi que se dejase de trovar con los pájaros y flores y demostrara de una vez por todas una jefatura con carácter, vigorosa. Le están moviendo en la foto y hay mucho en juego. Núñez exigió una cesión. El último desafío está protagonizado por Yeray y Dani García, que se quejan porque la gente les critica, porque perciben pesimismo y no se les valora lo que están haciendo. Lo siguiente igual será insinuar que la entidad les tiene que acorazar... Hasta aquí hemos llegado. Los leones tienen la piel final. Solo aceptan rebosarlos de elogios. Síntoma de que el club no puede aspirar a grandes cotas: sus jugadores viven en una burbuja (y no precisamente la creada por LaLiga para protegerlos), se desmarcan de una línea consustancial al fútbol, sobre todo a las grandes estrellas. El regate a la censura trata de ser más veloz que el que ponen en práctica en el propio campo de mes en mes. Aquí todos estamos en el mismo barco... que lean cómo nos ponen por ahí a algunos solo por dedicar una pica en vez de dos a un futbolista en un lúdico entretenimiento virtual. Pero, al parecer, solo algunos asumimos el coscorrón. 

Los leones se llevan este año casi cien millones en salarios, pero no acatan los reproches. Herrerín se va porque no juega, pero también por cuatro acomplejados que le insultan. Es una injusticia, sí, pero ¿por qué dejar que ganen los malos? Hasta hace poco no se podía ni decir a Muniain que no encontraba el sitio cuando le enviaron a la banda. No le gustó el apunte. Endiosar. Conjuguemos ese único verbo a partir de ahora al hablar del Athletic. Más hablar en el campo y menos lobos señores...