Leo Connor

Se atrevieron con Sarah Connor, con Johan Cruyff, con Pep Guardiola... Y ahora le ha llegado el turno a Leo Messi: la Inteligencia Artificial y su ejército de Terminators no descansan ni en tiempos de pandemia. Suenan los Guns n' Roses, vuelan las balas, un Arnold Schwarzenegger avejentado promete que volverá y entre los títulos de crédito descubrimos un mensaje oculto que nos rondará la cabeza hasta el final de nuestros días: “nadie está por encima del Barça, ni siquiera Messi”. Así funciona Skynet, así se las gasta aquello que el propio Cruyff bautizó amablemente como 'el Entorno'.

Es la perversión del relato llevada a un extremo inimaginable, la corrección implacable del presente para asegurarse, una vez más, el control del futuro. Y no es algo que comenzase ayer, cuando Leo Messi comunicó, a través de un burofax, su intención de dejar la que siempre será su casa para comenzar una nueva vida: la máquina del fango lleva tanto tiempo instalada frente a su puerta que bien podría Adidas aprovechar la oportunidad para sacar una línea de katiuskas con la firma del argentino. Filtraciones interesadas, campañas de desprestigio en las redes sociales, debates teledirigidos en los que Messi siempre aparecía como el culpable de algo, cuando no como el responsable de todo... No deja de resultar sorprendente que, precisamente a él, se le reprochen ahora las formas.

“Messi se ha ganado la libertad de decidir su futuro”, declaraba el propio presidente Bartomeu el pasado mes de septiembre. No ha pasado ni un año desde entonces y aquellas palabras suyas, tan solemnes como atribuladas, parecen destinadas hoy a ocupar un lugar preferente en el mismo contenedor al que van los yogures caducados, una metáfora casi perfecta de lo que ha sido Messi para una entidad en claro proceso de descomposición. Es cierto que el Barça le ha dado al ídolo mucho dinero. Ahora podremos comprobar cuánto más necesitará el club para igualar la cosecha de títulos y prestigio que le ha proporcionado su estrella: por mucho que lo intenten, no hay robots en el mundo capaces de destruir el inmenso legado que deja tras de sí nuestro pequeño Leo Connor.