El Deportivo cambia de armador en plena tormenta
El Deportivo acaba de entrar esta noche en su nueva normalidad. Después de 114 años de historia el club coruñés tendrá un dueño. No tiene nombre ni apellidos, pero sí siglas: Abanca. Hasta el principio de los años 90, con la transformación de los clubes en SAD, el Depor fue de sus socios. Luego se convirtió en una excepción en el fútbol español transformándose en un equipo del pueblo en el que nadie tenía más del 1% de las acciones y había 25.000 propietarios. Incluso en los últimos tiempos, aunque a algunos les moleste, seguía siguiendo un club cuasi comunista con algunos ‘grandes accionistas’ que reunían poco más del 5% del capital social. Hubo tiempos en los que se alcanzó la gloria con recordados títulos como la Liga, Copa o años épicos en Europa. El coste fue el mayor concurso del fútbol español y una de sus consecuencias para sobrevivir ha sido el cambio de modelo que se ha firmado en Palexco.
Si uno tuviese que elegir el día para que esto sucediese, sería imposible mejorar el de hoy. La Junta se tenía que haber celebrado en marzo, pero el Covid-19 lo impidió. Así llegamos al 20 de julio, fecha en la que el Deportivo se mueve en el alambre de Segunda o Segunda B tras el ‘Fuenlagate’. La llegada de Abanca, con una aportación de 35 millones de euros que cuadriplica el capital social, garantiza que habrá 115 años de historia, sea cual sea la División. Este acuerdo fue imaginado, diseñado y rubricado por Fernando Vidal. Un presidente que cogió un barco hundido en enero, que lo sacó a flote y que ahora pelea en las olas de los comités, y con razón, para que no naufrague. Así, en plena tormenta, llega el cambio de rumbo con una Abanca que posee el 78% de las acciones y el control absoluto. El patrón del barco sigue siendo Vidal, pero por primera vez el Depor tiene un armador: Escotet. Lástima no haberlo escuchado en la Junta.