Merecido orgullo txuri-urdin

"Real Sociedad cierra los ojos y sueña. Aún es posible. Vamos”. Lo escribí en Twitter a falta de diez minutos del final del partido en el Metropolitano. Entonces la Real estaba fuera de Europa. Pero estaba convencido de que el fútbol le iba a dar una oportunidad, porque el fútbol no podía ser tan injusto con este equipo al que le han atropellado una y otra vez tras el confinamiento, pero que siempre se ha levantado. Con corazón. Con alma. Con garra. Con un territorio detrás empujando. Con una afición fiel sufriendo a su lado. Con una falta de Januzaj, que volvió cuando nadie le esperaba en la última jornada, y que remató Monreal, pero que metieron todos los seguidores realistas al fondo de la portería del Atlético. Un premio más que merecido. Por el brillante juego desplegado hasta marzo. Por su magia. Por el sufrimiento a partir de junio. Por su alma y su corazón. Y por Imanol Alguacil, sí Imanol, ese técnico de la casa que ha ido creciendo en el club hasta llevar al equipo a Europa y ala final de Copa en la misma temporada. Sin duda, el mejor entrenador que puede tener hoy en día la Real.

Es imposible no sentirse orgulloso de estos jugadores de la Real Sociedad, y de su entrenador, Imanol Alguacil. Pasara lo que pasara. Es cierto que la lectura de la temporada no es la misma si consigues el billete para viajar por el viejo continente que si te quedas sin él. Pero no es menos cierto que el fútbol no hubiera sido del todo justo con este equipo txuri-urdin esta temporada, porque si después de estar 35 jornadas en puestos europeos, te quedas sin premio europeo, solamente sería el epílogo a una pesadilla que ha sido el reinicio liguero después del confinamiento. Pero hemos despertado a tiempo. Y estos jugadores se han repuesto de todo. Porque han sufrido de todo, y todo ha sido negativo, y el desarrollo de la última jornada no iba a ayudarle. Porque nada le ha ayudado. Tenían que ser ellos los que, con su empuje y su fe, llevarán a la Real a conseguir el premio europeo. Se lo merecen. Permitidme que lo diga. Más que nadie.

El parón del fútbol acabó con el duende de un equipo que iba lanzado hacia una temporada histórica, y que al final, pese a todo y pese a muchos, sigue camino de serlo. Hay que poner en valor el gran trabajo que se ha hecho desde el cuerpo técnico liderado por Imanol. Está claro que no se puede dejar de lado la autocrítica. Algo no se ha hecho bien para tener unos números tan pobres después del confinamiento, pero aún y todo se ha llegado al final del camino con el objetivo cumplido. Y tiene mucho mérito. Tenía que ser sufriendo. Pero supongo que así sabe mejor. En verano será momento de sacar las conclusiones pertinentes para seguir mejorando, porque la sensación que tenemos todos es que esta etapa, con la dupla Olabe-Imanol liderando las operaciones, no ha hecho más que empezar. Lo contrario sería volver a dar tumbos, y repetir errores del pasado, porque significaría que de nuevo las ideas no están claras. Disfruten. Ha costado mucho. Europa, volvemos por todo lo alto. Y sigan soñando, la final de Copa sigue estando en el horizonte. Ahora, despidamos como se merece al gran Zurutuza. Renovemos ya a Moyá. Y anuncien de una vez la continuidad de Ødegaard. Y que siga el merecido orgullo txuri-urdin.