Calathes y Alocén, galaxia y futuro

El Real Madrid anunció este miércoles la incorporación de Carlos Alocén, cinco días después de que su eterno rival, el Barça, presentara al también base Nick Calathes. Así, de entrada, la comparación resulta desproporcionada para dos aspirantes a todo, por mucho porvenir que se le augure al joven aragonés de 19 años, una de las mayores promesas del baloncesto español. Ni siquiera el ERTE aplicado al club azulgrana ha frenado la Operación Reconquista del Barcelona, que se inició el año pasado con el fichaje bomba de Mirotic, junto a Davies, Higgins, Abrines… El galáctico griego se integra a una Armada Invencible que naufragó en su primer abordaje, por lo que también ha cambiado de almirante con Jasikevicius al timón. El desembolso no ha pasado inadvertido en una Euroliga propensa al recorte, como confirman las recientes críticas de Shane Larkin o el irónico “vaya festival, ¿no?” de Sergio Llull. El Barça también ha soltado lastre (Pangos, Ribas, Tomic, Delaney…), aunque todavía no ha puesto la última baldosa porque le falta, como mínimo, un intimidante pívot.

La llegada de Alocén lanza un mensaje más terrenal, la necesidad del Madrid de rejuvenecer una plantilla ganadora, bien trabajada por Pablo Laso, que en la fase final de la Liga ACB comenzó a mostrar síntomas preocupantes. Que el anuncio del emergente base coincida, casualmente, con el 31 cumpleaños de Randolph, ofrece alguna pista. El tiempo pesa. Este objetivo también explica el inminente fichaje de Alberto Abalde, un alero de 25 años. Hasta ahora, Laso había sabido sortear la pérdida de ilustres por lesiones (Llull) o por los cantos de la NBA (Sergio Rodríguez, Doncic…). Pero ni los más grandes campeones, ni los grupos más laureados, son perennes. El Barça colecciona estrellas y el Madrid invierte en futuro. El Clásico del basket español toma diferentes caminos en el mercado.