El Granada de la 'Eterna lucha'
Eterna lucha. Ese es el lema que preside Los Cármenes. El lema que desde el año pasado Diego Martínez ha grabado a fuego a sus jugadores. Nunca se rinden. Nunca bajan los brazos. Y contra el Real Madrid, el Granada volvió a demostrar que si algo tiene este equipo es fe. Una fe que le ha llevado a firmar, a falta de dos partidos, la mejor temporada de su historia en Primera. El conjunto de Zidane fue tremendamente superior en la primera mitad. Marcó dos goles y el equipo nazarí no parecía ni una sombra de lo que ha sido durante toda la temporada. Pero Diego Martínez, el alma mater de este proyecto, supo mover sus piezas, cambiar el dibujo y encontrar cómo poner al Madrid contra las cuerdas.
Más presión, más alma, esa que faltó durante la primera mitad. Metió más dinamita arriba y con esa fe que ha hecho que este Granada se haya convertido en la sorpresa de esta liga, robó un balón en la medular a Casemiro y Machís rompió la racha de Courtois batiéndole por debajo de las piernas. Quedaba un mundo que al equipo blanco se le hizo eterno. El Granada se creció con el balón y con las ocasiones. Acongojó a un Madrid que parecía que en el descanso tenía el partido ganado plácidamente. Y a punto estuvo de rascarle un punto que le complicaba a los blancos la liga y dejaba a los andaluces con Europa a tiro. El sueño sigue ahí, pero un poco más lejos...