Una gran fiesta de la F1

Ha empezado, por fin, la temporada 2020 de la Fórmula 1, probablemente la más atípica en la historia de esta disciplina. Y lo ha hecho con una excelente carrera, rebosante de emoción, con alternancia en los puestos de cabeza, muchos abandonos y un resultado inesperado. Sin duda, una buena forma de celebrar el regreso a una relativa normalidad, todos teníamos ganas de grandes premios y el primero del año no ha defraudado. Bien es cierto que la hegemonía de Mercedes se mantiene casi como indiscutible, pero han pasado tantas cosas en Austria que el presumible paseo de los coches alemanes finalmente ha fallado. Quizá algo circunstancial, pero al menos hemos podido disfrutar de una carrera diferente a la prevista, algo que siempre es de agradecer cuando hay un favorito tan claro.

Los Red Bull necesitan mayor fiabilidad para poder exprimir el talento de sus pilotos, una lástima que Verstappen se quedara fuera de competición porque hubiera sumado incluso más alicientes al desenlace. Ferrari salva los trastos con un podio de Leclerc por el que muy pocos hubieran apostado, mientras que me da la impresión de que a Vettel se le va a hacer muy larga la temporada aunque en realidad vaya a ser muy corta. Y en cuanto a McLaren, sensacional Norris y solvente como siempre Sainz, reafirmando que son los cuartos en discordia pero con ambiciones de dar mucha guerra a los teóricamente superiores. Lo dicho: un magnífico espectáculo que ojala tenga continuidad el próximo domingo en este mismo escenario. Cosas de la F1 en tiempos de coronavirus…