REAL MADRID | TAL DÍA COMO HOY
El Madrid se tomó la revancha del 0-5 con un imperial 4-0 al Barça
El 29 de junio de 1974 está escrito con letras de oro en la rivalidad de los partidos entre ambos equipos, que ese día se enfrentaron en la final de la Copa del Generalísimo.
El 29 de junio de 1974 está escrito con letras de oro en la eterna rivalidad de los Madrid-Barça. En una fecha como hoy del año 1974, ambos equipos se enfrentaron en la final de la todavía denominada Copa del Generalísimo. De hecho, en el palco de autoridades del ya extinto Vicente Calderón estaban Francisco Franco y su mujer, Doña Carmen Polo, acompañados de los Príncipes Don Juan Carlos y Doña Sofía. La final estaba muy condicionada por lo sucedido esa temporada, apenas cuatro meses antes, en el Clásico de Liga jugado en el Bernabéu, con aquel 0-5 (17 de febrero de 1974) que pasó a la historia negra del madridismo en la noche más excelsa de Johan Cruyff. El holandés había sido el verano anterior el fichaje más caro de la historia del fútbol, al contratarlo el Barça pagando al Ajax más de 100 millones de pesetas de la época. Pero ya se sabe que la Federación Española tenía prohibida la utilización de jugadores foráneos en la Copa (a partir de esa temporada ya cambiaría la norma), lo que obligó tanto a Luis Molowny como a Rinus Michels a alinear sólo a jugadores nacionales.
Eso dejó al Madrid sin su alemán estrella, Günter Netzer, que ese verano sería campeón del Mundo, ni el argentino Oscar 'Pinino' Mas. El Barça acusó más todavía la ausencia de Cruyff, así como la del peruano Hugo Cholo Sotil, un delantero con mucho gol. El Madrid alineó de entrada a Miguel Ángel; José Luis Peinado, Pirri, Benito, Rubiñán; Del Bosque, Grosso, Velázquez; Aguilar, Santillana y Macanás. El Barça salió por su parte con Sadurní; Rifé, Gallego, Juan Carlos, De la Cruz; Costas, Juanito, Asensi, Marcial; Rexach y Clares.
El Madrid, herido en su orgullo por la manita del Bernabéu y con Pirri, Benito y Grosso liderando el espíritu de revancha de los blancos, empezó en tromba sobre el portal azulgrana, alentado por los más de 50.000 madridistas que había en el Manzanares aquella tarde de verano (la entrada total fue de 48.000). A los seis minutos una gran internada por la banda derecha de Ico Aguilar (fallecido tristemente el pasado 11 de mayo a causa de un cáncer) permitió a Santillana abrir el marcador con un remate de anticipación en el minuto 6. Luego el Barça tuvo un par de llegadas, pero Miguel Ángel estuvo excelso, algo habitual en el portero orensano. Tras el descanso, el equipo de Molowny acabó con las conjeturas con dos goles muy rápidos. Uno del gallego Rubiñán tras aprovechar una rechace de Sadurní en gran jugada de Macanás, y otro de Ico Aguilar en una penetración explosiva por su banda que concluyó con una genial picadita a Sadurní. Un golazo del cántabro. El broche de la goleada lo puso Pirri cerca del final tras asistencia de Grosso. Precisamente este se fue al banquillo a cinco minutos del final, en gran gesto de Molowny al decidir que saliese el veterano Ignacio Zoco a recoger la Copa. Grosso le dio a Zoco su brazalete de capitán. El navarro, que ya se retiraba del fútbol y creía que no iba a jugar más en el Madrid, se emocionó con el gesto compartido por todo el vestuario. Fue un detallazo en una noche de reivindicación madridista tras esa manita que cerró parte de su herida sangrante en esa noche de goles, calor y revancha.