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Cuando un presidente se va...

Nos resistimos, preferimos no pensar en ello, pero el adiós nos espera a todos, aunque el sueño es llegar a la final como el PRESI.

Gonzalo Alonso nos dejó el martes a los 95 años. A pesar de no ser amigo de la terminología futbolística, las excepciones confirman la regla y, para mí y para tanta gente, fue, es y será siempre el PRESI y en esta “rifa” tristemente te ha tocado a ti.

Esa persona que transitó por un fútbol distinto, aquel fútbol de autor, en el que se codeó con los mejores poetas, en el que se manejó siempre con un optimismo desbordante, porque contra el optimismo no hay vacunas.

Un fútbol, en el que cambiaban de repente todas las preguntas, cuando creías que sabias todas las respuestas. Pero él seguía, y además lo hizo grande, porque grande fue lo que consiguió, con pocos recursos.

El título, su título, es el cimiento más fuerte sobre el que se yergue el Real Valladolid y al que todos nos agarramos cuando en muchos momentos no teníamos nada más.

Seguramente, debimos proclamar antes muchas de las reflexiones que ahora dirán y diremos, pero él ya sabía que eso ocurriría y nunca le borró la sonrisa de la cara.

Como nunca dejaba pasar la oportunidad de decirle a alguien algo agradable, y de paso, aprovechaba para contarle alguna de sus millones de historias.

Porque su arte no era dar consejos, era contar su experiencia de vida, de la que más aprendíamos.

Nos enseñó que “perfección” no es más que una pulida corrección de errores y para él, todos debíamos cometer los nuestros

Me alegra, dentro de la pena que esto siempre produce, oír a su hijo Gonzalo con sincera emoción y orgullo, citar a todos los que se han acordado de su padre, que quizá por inesperados todavía llenen más, y porque muchos años después, valoran la importancia que sin duda tuvo, tiene y tendrá en nuestra cada vez más larga historia.

Querido PRESI, ahora te despedimos, y en este adiós ya está la bienvenida, porque has vuelto para todos, en el recuerdo y en el lugar que desde ya ocupas, porque la muerte de Gonzalo Alonso, se lleva todo lo que no fue, pero nosotros nos quedamos con lo que tuvimos y fueron muchas cosas y muchos detalles que a pesar de su edad y que le costaba un gran esfuerzo, tuvo con su equipo del alma.

Gracias por todo tu cariño desde que empezó el partido hasta el pitido final y como decía en el inicio : “Cuando un amigo se va, algo te queda en el alma”.

Descansa en paz PRESI