TOMÁS RONCERO

El de Toril fue el último gran Castilla

José Alberto Toril siempre supo mantener su personalidad y por eso su Castilla hizo cumbre consumando un ascenso que ahora nos parece una quimera.

El de Toril fue el último gran Castilla
Tomás Roncero
Nació en Villarrubia de los Ojos en 1965. Subdirector de AS, colaborador del Carrusel y El Larguero y tertuliano de El Chiringuito. Cubrió los Juegos de Barcelona 92 y Atlanta 96, y los Mundiales de Italia 90, EE UU 94 y Francia 98. Autor de cuatro libros: Quinta del Buitre, El Gran Partido, Hala Madrid y Eso no estaba en mi libro del Real Madrid.
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Aunque Mourinho le cogió gato hasta el punto de llegar a impedir que pudiera ver sus entrenamientos en el campo del primer equipo, José Alberto Toril siempre supo mantener su personalidad y por eso su Castilla hizo cumbre consumando un ascenso que ahora nos parece una quimera. Esa generación de los Carvajal, Nacho, Álex Fernández, Jesé, Lucas Vázquez, Morata y Joselu nos hizo disfrutar con un fútbol explosivo por las bandas (Juanfran y Cheryshev) y ese cuarteto arriba que era pura dinamita. Lucas ponía el desborde, el pase y el compromiso; Jesé, la magia, el talento y el factor diferencial; Morata era el delantero moderno que aprendió a vencerse a las bandas para sorprender; y Joselu era el cristalizador asociado con el gol.

La Fábrica generaba en esos tiempos jugadores Premium capacitados para el primer equipo. Se demostró con Nacho (un comodín que ahí sigue ayudando cuando le llaman a filas), con Carvajal (el mejor '2' del Madrid y de España), Lucas Vázquez (puso su granito de arena en las tres Champions seguidas) y hasta Morata, que metió 20 goles en el año que de verdad tuvo algo de continuidad en el Bernabéu (2016-17). Desde entonces, el Castilla ha sido más noticia por sus entrenadores (Ramis, Zidane, Solari, Raul...) que por sus talentos. Fede Valverde es la excepción. Una pena.

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