La gesta de Anfield se fraguó en el Metropolitano

Que manía tienen algunos de reprochar el nivel de euforia y celebración. Según ellos porque simplemente es pasar a cuartos. Y digo yo, ¡me queréis dejar disfrutarlo a mi manera!

Morata celebra el 2-3 en Anfield

En el año más complicado de la era Cholo, estar de nuevo en el bombo de los ocho elegidos es una inyección de filosofía rojiblanca vital de cara al futuro. Estar con los mejores es seguir instalado en la zona noble de los equipos top, es la manera de potenciar el mensaje del míster. Era una victoria importantísima que bien merecía una noche de no esconder alegría y orgullo. Encima ganándole los dos partidos. Ahí estoy con el Cholo y el Liverpool es el mejor equipo al que se enfrentó desde su llegada. Un conjunto que, si en el primer tiempo fue bien contrarrestado por un buen Atlético, en el segundo desplegó, por tierra, mar y aire, todas sus virtudes: presión, precisión y movimientos tácticos con sus interiores creando esos triángulos en banda, que nos apabullaron. Y una menciona hiper especial al Arnold este, no hay en la actualidad un lateral derecho con su influencia a la hora de atacar y tomar decisiones. En esos momentos de tormenta fue donde salió a relucir el hombre del partido, el que nos dio unas cuantas de vidas: Oblak. Inmenso en todas las acciones que le llegaron. Digo en el partido, porque en la eliminatoria fue el EQUIPO. Esto consiste en dos partes y no tenemos que olvidar que en la del Metropolitano, el ejercicio de minimizar al mejor equipo de Europa acabó por darnos la posibilidad de llegar a Anfield con una bala en la recámara que podría saltar en cualquier momento y en esa parte de Anfield hay que sumarle las balas de Llorente y Morata. Los dos le dieron las piernas y la pausa que requerían sus heroicos compañeros. Partido que quedará para la historia de nuevo por las formas y el sello Choliano, donde aparecerán siempre los nombres de Oblak, Felipe, Llorente y Morata, pero no nos olvidemos también del EQUIPO de la ida en el Metropolitano. En aquellos 90 minutos es donde se fraguó la espectacular victoria.