El triunfo más difícil de explicar del Atleti


El Atleti superó el trance de Anfield casi sin saber cómo. Su heroica supervivencia, difícil de explicar en términos estrictamente futbolísticos, se ciñe a un acto de fe, positivismo y decisión para aguantar el vendaval red. En muchos momentos su resistencia fue casi irreal, sostenida únicamente por las múltiples manos de Oblak y la consistencia de Felipe. Salió vivo como pudo, con Llorente como actor estrella, Morata de enorme secundario y Adrián de invitado necesario, en un partido que no se pareció en nada al de la ida. Klopp rectificó la poca agresividad de su equipo y cambió el patrón sin alterar el dibujo. Se vio al Liverpool de siempre, arrollador e intenso.
Las claves del amago de remontada del Liverpool se apuntaron en las osadas intervenciones de los interiores (Oxlade-Chamberlain y Wijnaldum), la labor creativa de Alexander-Arnold y la salud ofensiva de Salah y Mané en todos los registros menos en el gol. Oxlade y Wijnaldum ganaron, de distinta forma, mucha altura en el campo en los ataques posicionales. El inglés atacó los espacios liberados por Firmino y Salah en ese intervalo entre central y lateral; el holandés llenó con sentido la zona de remate. Asimismo, Alexander-Arnold desarboló toda la banda izquierda rojiblanca con su dirección del juego y conducciones. Simeone decidió colocar a Koke en ese lado a partir del minuto 20, pero la corrección casi fue a peor. El Liverpool siempre tuvo el dominio y el impulso, haciendo añicos a su rival a partir del triángulo lateral-interior-extremo y sacando los colores a Trippier y a Lodi. Incapaz de juntar pases y de despojarse del agobio, los de Simeone se atrincheraron en el área con el único objetivo de sobrevivir como fuera. El Liverpool empató la eliminatoria y mereció llevársela de calle, pero el Atleti es un milagro en sí mismo.
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Agarrado a sus señas de identidad, cuando todo parecía perdido, agradeció el favor de Adrián y se envalentonó en una prórroga memorable como lo fue el partido. Llorente se reafirmó, Morata despejó el ruido y el Atlético voló feliz hasta los cuartos. El fútbol le dio lo que muchas otras veces le quitó. Aunque sea difícil de explicar.
La jugada del Liverpool

Triángulo en el carril entre lateral (Alexander-Arnold), interior (Oxlade-Chamberlain) y extremo (Salah). A la espalda de Lodi aparece el espacio aprovechado por Oxlade. Wijnaldum ya está en el área a la espera del centro. El Atleti sufrió siempre este tipo de acción.



