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¿La muerte? Una maravilla

A veces hay que estar muerto para salir adelante. Quizá el Atlético sea el mejor cadáver del mundo. Porque, francamente, estaba bastante muerto hasta el martes. Lo veías jugar y sólo te entraban ganas de decir "Enterradlo, por Dios". Ah, amigos, pero gracias a este equipo sabemos que la muerte no está tan mal. No es que te mueras, digamos, y que ahí se acabe todo. Hostias, no. Puedes imaginar a Simeone alentando a sus jugadores: "Y recordar: la muerte aún no ha matado a nadie".

En el Atlético falleces y sigues, algo parecido a lo que cuenta Allan Poe en El entierro prematuro, una historia que trata los miedos al enterramiento en vida, muy comunes en el siglo XIX. El capítulo dedicado a Edward Stapleton resulta ilustrativo. Murió de tifus, pero los médicos se quedaron con la mosca detrás de la oreja. Como la familia no permitió la autopsia, aquellos optaron por desenterrar el cadáver y llevárselo, y hacerle la autopsia igualmente. Esto sucedió dos días después del funeral. A la primera incisión se advirtió cierto "aspecto fresco" en el cadáver. Entonces se procedió a una disección más agresiva, cortando a la altura de los pectorales, y ahí saltó la sorpresa, como en el Wanda. En ese instante, el muerto, "con un movimiento rápido, pero nada convulsivo, se levantó de la mesa, caminó hasta el centro del recinto, miró extrañado a su alrededor y entonces… habló". No se apreciaron bien sus palabras, aunque cuando estuvo del todo repuesto aclaró que dijo: "Estoy vivo".

Saúl marca el 1-0 a la salida de un córner.
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Saúl marca el 1-0 a la salida de un córner.JAVIER SORIANOAFP

Eso es más o menos lo que le entendió el Liverpool al Atlético al acabar el partido. Hay algo en este equipo que hace clamar a sus jugadores que todo tiene solución, incluida la muerte. Quizá hasta se reciten, para sus adentros, aquel pasaje del Ulises en el que Bloom recomienda "leer tu propia esquela; dicen que vives más. Te da nueva savia". Por supuesto, ahora resta el partido de vuelta, en Anfield, a donde cualquiera acude temiendo morir. Pero el Atlético es el único que, en plena ebullición, dirá: "¿La muerte? Estoy encantado con ella".