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La recta final. Poco más de tres meses es lo que queda de competición. Esto pasa volando. Entramos de lleno en la fase decisiva del curso futbolístico 2019-20, donde los puntos de cada partido de LaLiga valen su peso en oro y donde comienzan las eliminatorias de la Champions League. La gran noticia en lo que al Real Madrid se refiere es el regreso a la convocatoria del encuentro de esta noche de Eden Hazard. Se acerca el decisivo doble enfrentamiento contra el Manchester City de Guardiola y la participación del atacante belga se antoja fundamental para que el ataque de los blancos crezca en capacidad de desequilibrio y en generación de oportunidades. Pero el presente manda y es el Celta el que visita el Santiago Bernabéu.

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Un rival en apuros. Un Celta diseñado este pasado verano para luchar por plaza europea y que está sumido de lleno en la lucha por mantener la categoría. Óscar García, desde su llegada, ha variado mucho de dibujo, intentando que los celestes crezcan a través del balón y de activar a sus futbolistas talentosos desde el medio del campo hacia adelante para tratar de mejorar el número de goles, por el momento muy bajo. Los de Vigo tienen el segundo peor registro del campeonato, junto al Valladolid y el Espanyol, con tan solo 19 tantos anotados. Cifras muy bajas para una plantilla con gran talento. Y tampoco es que hayan sido un cerrojo en lo que a la fase defensiva se refiere, pero la llegada de Murillo en el pasado mercado de invierno ha aportado un salto cualitativo fundamental en este aspecto y en el último mes se aprecia un crecimiento bastante importante en cuanto al juego en los gallegos.

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Rafinha, el núcleo. Todo parece indicar que los visitantes van a presentar un 1-5-3-2, con carriles muy ofensivos. Sus opciones pasan por las botas de Rafinha, que está en un gran momento, con unas conducciones de pelota que rompen líneas de manera constante, y de Iago Aspas, que es talento puro. El Madrid por su parte deberá intentar hacer el campo lo más ancho posible para obligar a los tres centrocampistas rivales a hacer un gran desgaste para llegar a las ayudas en banda o intentar que sean los centrales de los lados los que tengan que salir a la ayuda sobre el carrilero ante un posible dos contra uno. También aprovechar la superioridad cuando Benzema se descuelgue de su posición y deje a los centrales sin referencia en la marca y, por supuesto, darle continuidad a la solidez defensiva mostrada.