El fútbol moderno de Bordalás, el dinero y De Tomás

Un ejercicio perfecto

El Getafe ha logrado convertir lo extraordinario en una rutina admirable. No extraña el dinero, en el decimotercero escalón salarial de la competición, ni ya tampoco parece dolerle en prendas las críticas recibidas por su dureza o supuesta propuesta defensiva. Bordalás apela a un paradigma donde el despliegue físico, la presión, el orden táctico y la verticalidad resultan innegociables. La exhibición azulona frente al Valencia reivindica el fútbol moderno, dinámico y corrosivo. Desde un acoso tan singular como áspero hizo que el partido se jugara siempre en campo ché. Fue una obra coral ligada al esfuerzo sin balón de Jorge Molina y Mata, a la actividad desgarradora de Cucurella o a las anticipaciones y al achique de espacios de Arambarri, Maksimovic y Djené barriendo todo y neutralizando a Parejo, Kondogbia y Rodrigo.

Tras el robo siempre venía el fuego, incontenible para el Valencia y propagado por los apoyos siempre oportunos de Jorge Molina entre centrales y centrocampistas. Si el monólogo se desgranara únicamente en datos, habría para elegir: posición media muy alta a 57,4 metros de su portería, 20 recuperaciones en zonas ofensiva... Pero mejor quedarse con la sensación conmovedora de una actuación que puede marcar una tendencia en el fútbol español. Con Bordalás como teórico y practicante.

El goleador necesario

El dinero no gana partidos, como demuestra el Getafe, pero ayuda y mucho. Desde el temor a un descenso tan real como pesaroso el Espanyol determinó recurrir a la chequera para intentar escapar de la pesadilla. Con Raúl de Tomás todo es más sencillo. Abelardo ha dado forma a un equipo voluntarioso y menos agrietado, con una vocación clara de salir de abajo, pero ya le hubiera gustado a Gallego y a Machín haber contado con un delantero como el ex del Benfica. Sin ser superior nunca al Mallorca, aunque tampoco fue inferior, el Espanyol se descargó a partir de su certero cabezazo. De Tomás sale a gol por partido, cuatro de cuatro. Al margen del penalti del Granada, ha embocado tres de las cinco grandes oportunidades que ha tenido. Se trata de un porcentaje de conversión altísimo que da alas a un conjunto que parecía tener poca solución.

Pecado de juventud

La liturgia de un derbi altera los códigos del juego respecto a cualquier otro partido. Aunque amaneció destemplado, con la mirada de ambos en lo hecho en la Copa y en lo que les aguarda ahora, Real Sociedad y Athletic acabaron revolucionados y respetaron la tradición de un enfrentamiento que siempre deja lecciones que aprender. Ander Guevara, una de las manifestaciones más poderosas de la Real, seguro que tomó nota. De un futbolista que conoce el oficio de medio centro sorprendió su errático proceder en el gol de Williams. Su pérdida de balón ante Muniain —16 en 77 minutos— empeoró al decidir no hacer la falta posterior que exigía la acción para frenar la transición. La secuencia cristalizó que todavía está en formación, mientras que su temporada prevé un proyecto de jugador importante. Y las enseñanzas de un derbi quedan tatuadas.

El partido no acaba

Se vio el Celta otra vez perdido, abocado a seguir una jornada más sin ganar y en una posición cada vez más comprometida. No se esperaba una reacción tan poderosa en el último cuarto de hora, gestionada por Okay y Rafinha y plasmada por Iago Aspas y Sisto. O quizá sí se podía adivinar. El Sevilla es el equipo de LaLiga que más puntos ha perdido en los últimos 15 minutos de encuentro. Ya echa en falta ocho. El Celta figura, con siete puntos regalados, como el siguiente equipo en este registro negativo.