Sueño con una final Madrid-Athletic
Me gustó un montón el desenlace del sorteo de cuartos de la Copa. Primero por jugarse en el Bernabéu, que ya tocaba. Esta temporada ha conseguido Zidane frenar la hemorragia que existía en nuestro propio feudo hasta hacernos parecer vulnerables, y de nuevo la afición ha vuelto al estadio consciente de que su equipo está a la altura de su exigencia. Pero ojo que la Real Sociedad aventura una eliminatoria llena de obstáculos y al límite. En un equipo en el que están jugadores como Odegaard, Portu, Oyarzabal e Isak merece como mínimo tenerle el máximo de los respetos.
Es precioso que se decida todo en 90 minutos, o incluso si hubiese prórroga. Imagino a 70.000 aficionados en Chamartín alentando al equipo mientras Benzema, Vinicius o Modric buscan el gol de la gloria. Este nuevo formato nos tiene a todos enganchados. Jugar a todo o nada es lo que hace excitante la Copa. Y encima miraremos de reojo lo que pase en San Mamés, dado que el Athletic Club, el verdadero Rey de Copas, tiene serias posibilidades de dar la campanada ante su gente. Puestos a soñar, déjenme que, en honor a mi abuelo Fernando que era un fiel seguidor del equipo del Bocho, piense en una final Madrid-Athletic para el 18 de abril. Hace muchísimos años que no se produce y la leyenda de ambos equipos merecería una final de semejante alcurnia. Pero primero, al lío. Odegaard amenaza al Bernabéu. Partidazo.