Una familia. El sábado, paseando por los maravillosos jardines de la Alhambra (justo horas antes de disfrutar del Valencia-Barça de Mestalla), entendí lo importante que es para el ser humano estar en paz consigo mismo. El sonido del agua de las fuentes del Generalife me hicieron pensar en Zidane. Un hombre que siempre parece estar sumido en un nirvana emocional permanente. Esa quietud espiritual sabe trasladarla a su grupo de trabajo: jugadores, ayudantes del cuerpo técnico, fisios... Es clave tener esa templanza cuando estás en el púlpito de las decisiones. Zizou es el verdadero timonel de este Madrid líder, por fin, que se ha aupado al trono de LaLiga con todos los honores. Por eso a nadie extrañó que Nacho Fernández, el héroe de este liderato en solitario, fuese a fundirse en un abrazo emotivo y sentido con su entrenador. Ese técnico que durante esta temporada apenas le ha dado minutos y share de pantalla. Pero ZZ ha sabido registrar a todos en su arca y cuando toca la hora de echar una mano la implicación es máxima y nadie pone caritas. Este líder no es umbilical, es una suma de voluntades que reman en la misma dirección. El francés sonríe en ese abrazo con una felicidad indisimulada que muestra el camino de este equipo-roca, que no ha perdido uno solo de sus últimos 19 partidos. Y Courtois sigue con su portería blindada, alimentando un Zamora que en los últimos años parecía utópico para el Madrid. Un LÍDER con mayúsculas.

Nacho, ejemplar. Si antes del partido me hubiesen preguntado sobre quién desearía que fuera el goleador del liderato habría elegido a Nacho. A sus 30 años ha demostrado ser el canterano por antonomasia, el chaval que supo callar de crío cuando aprendía de los mayores y que ahora enseña el camino a los chavales para que sepan cuáles son los auténticos valores del Madrid: humildad, perseverancia y profesionalidad en el empeño. Nacho ha llevado una vida deportiva y personal sin tachaduras. Su familia supo arroparle y él ha crecido ahora hasta consolidar una carrera impecable y que es referente para todos los jóvenes que llegan al criadero de Valdebebas. Nacho se llevó el balón a su casa de Alcalá. Te lo mereces, campeón.

Impacto. Lo cierto es que el partido estuvo trabado en su primera hora y creo que algo tuvo que ver el shock que generó la noticia de la muerte de Kobe Bryant. Las gradas de Zorrilla estuvieron más frías y silenciosas que de costumbre, dado que como nos relataba Antonio Romero en el Carrusel mucha gente estaba mirando el móvil buscando noticias del trágico suceso. El deporte no es impermeable ante noticias de este calibre. Kobe, descansa en paz.

A por el Atleti. Pero la vida sigue y hay que sonreír. En un fin de semana marcado también por los éxitos de nuestros deportistas (¡bravo por los Hispanos del balonmano y por los/las waterpolistas que nos han mantenido en vilo este fin de semana en Hungría!), el madridismo disfruta de su Carpe Diem. Llevamos tres meses sin conocer el sabor amargo de la derrota y en el horizonte (previa escala exigente en La Romareda) aparece el Atleti del Cholo. El sábado pueden quedar a 13 puntos. Y el Barça de Setién, a rebufo. Este liderato feliz va por mi amigo Neme, de Salamanca, por mis paisanos de Herencia (la peña ya ha cumplido sus Bodas de Plata) y por los vikingos de la peña El Rollo de Madroñera, que desafiaron al frío y acudieron a Zorrilla a animar a los pupilos de Zidane. ¡LÍDERES!