El Atlético no estuvo a la altura de las circunstancias en León y acabó siendo eliminado por la Cultural. Pero no hay que dramatizar por esta derrota. Ni el Atlético va a dejar de existir por este tropezón ni el equipo rojiblanco va a dejar de pelear por sus grandes objetivos: LaLiga y la Champions. El Atlético cerró filas en torno a su entrenador y plantilla. Me pareció que Gil Marín estuvo en su sitio admitiendo la decepción por el tropiezo pero a la vez la confianza que tiene en Simeone y en su grupo de futbolistas. Recuerdo derrotas parecidas en Copa de Real Madrid y Barcelona. Nadie está fuera de peligro en este sentido. En el Atlético ha pasado el tiempo de duelo y todos empiezan a recuperarse.

La derrota liguera del Barcelona en Valencia anima el campeonato. Si el Atlético gana al Leganés, aunque sea sufriendo y por la mínima (algo habitual en el equipo madrileño), tendrá al conjunto azulgrana a una distancia relativamente cercana. Simeone se ha llevado un montón de críticas. Lógicamente se las merece. El Atlético debe dar mucho más de sí. Cuando el equipo ganó títulos se elogió su labor. Ahora también es el principal responsalbe. Pero igual de cierto es que otras veces atravesó por dificultades y el equipo salió adelante.