NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Rubiales es a Tebas lo que fue Pedro a Pablo

En poco menos de veinte meses, Luis Rubiales ha convertido a su religión a sus enemigos. La Asamblea aprobó las cuentas con un sólo voto en contra. Fue el de Moisés Israel, que hizo honor a la historia del club que preside, el Numancia. Otros asambleístas antes críticos, como los presidentes de las territoriales de Aragón, Óscar Fle, y de Galicia, Rafael Louzán, han vuelto a la Junta de la Federación. El mérito es de ambas partes, del presidente por tenderles la mano y de ellos por cogerla. Hay que reconocerle a Luis Rubiales una buena capacidad de negociación y una gran habilidad para llegar a acuerdos. No hay que ser un lince para darse cuenta de que son dos condiciones que escasean en los tiempos que corren.

Alejandro Blanco, presidente del COE y un dirigente del que todos deberían aprender por su mesura, reconoció los méritos de Rubiales e hizo votos por la paz. Debe referirse a la bronca fea y enquistada que mantienen los presidentes de la Federación y de LaLiga, que parecen enemigos irreconciliables. Digo parecen porque cosas más raras se han visto. Por ejemplo entre Pedro y Pablo, y no me refiero a los Picapiedra. Así que no hay que perder la esperanza de que en el futuro, ahora que tanto Javier Tebas como Rubiales van a presentarse a la reelección, firmen la paz, o por lo menos una tregua.

Para eso ambos deberían ceder. No es fácil. Son poderosos, líderes indiscutibles y jefes de ordinario autoritarios. Pasar el rodillo como lo pasó Rubiales en la Asamblea o como lo pasará Tebas en su reelección no ayuda a conocer las propias limitaciones. Ya que empezamos con la resistencia numantina a las legiones de Escipión, acabemos con el primer aviso que les llegaba del César a los gladiadores nada más alcanzar la gloria en el circo romano: Recuerda que eres humano.