No es petulancia ni un gesto arrogante. Es algo sincero y que salió del alma. Los madridistas hemos celebrado con alegría el emparejamiento con el City de Guardiola. Recalco lo de Pep porque es evidente que la rivalidad con el entrenador catalán sigue viva desde la Tormenta de Clásicos desatada entre los años 2009 y 2012, alcanzado su punto más fuerte cuando coincidió con Mourinho estando el portugués en el banquillo del Bernabéu. El City es un equipazo y una constelación de estrellas, pero justo lo va a coger el Madrid cuando parece que sus jugadores están cansados del estricto Método Guardiola. El de Santpedor acaba desgastando sus modelos por su afán perfeccionista y por eso acabó regular tirando a mal en el Bayern y puede hacerlo ahora en el Etihad. Además, a los madridistas nos queda el recuerdo de aquel 0-4 inolvidable en el Allianz Arena, con el Bayern abatido y humillado ante el rodillo del equipo de Ancelotti.

Claro que habrá que ser cautos teniendo enfrente al Kun, Sterling, Gabriel Jesús, De Bruyne, Silva, Mahrez y compañía. Pero el Madrid de Zidane es ahora un equipo-equipo y a ilusión y hambre no le gana nadie. Al City le puede ayudar que ya tiene los cinco sentidos en la Champions al haber quedado descolgado de la Premier. Pero prefiero que el Madrid esté enchufado luchando por todos los títulos. Así nadie saldrá dormido y todos con las orejas tiesas. Por cierto, me motiva también que los apostantes estén cegados y crean que el Madrid no tiene nada que hacer para llegar a la final de Estambul. Curiosamente, al City le dan como gran favorito para el título y al Madrid sólo séptimo. Mejor así. Ya rompimos las quinielas con la 10, la 11, la 12, la 13… ¿Quieren que siga la cuenta?