El Real Madrid saltaba a Mestalla con opciones ponerse líder tres días antes del Clásico. Lo hacía en su mejor momento de la temporada y con siete caras nuevas en el once respecto al de Brujas. El Valencia, mientras, afrontaba el duelo tras haberse dejado el alma en Ámsterdam, como hiciera días antes contra el Chelsea, Villarreal y Levante. Lo hacía, además, con seis titulares en la enfermería (Guedes, Cheryshev, Cillessen, Piccini, Maxi y Gameiro), un cúmulo de bajas que es la tónica desde hace dos meses. De ahí que Parejo, Soler, Gayà, Ferran, Gabriel, Wass, Coquelin o Rodrigo estén con el depósito de gasolina bajo mínimos.

Pese a tales premisas, a los que le supo a gloria el empate fue a los de Zidane. Obviamente la manera de lograrlo influye en tal disparidad de sensaciones, pero cuánto mérito tiene este Valencia de Celades, un vestuario de jabatos.