El clínic de Banega y el esplendor de Edgar
El remiendo transformador
El alcance de la faena memorable de Joaquín, al que a veces no se le da la importancia adecuada como futbolista grande que es, desplazó otras notas positivas de un Betis en evidente escalada. La contribución de Emerson y Álex Moreno como laterales, el desarrollo de Loren o la novedosa función de Edgar resultaron capitales contra el Athletic. La ambigüedad que antes le atrapaba en la salida de balón ha dado paso a una construcción más natural que logra hallar a Canales en zonas medias. Rubi ha logrado con Edgar disponer de un multiusos como pivote. Con un rango de acción limitado pero preciso, el canterano se ofrece entre centrales y enlaza pases rompedores como el que le dio a Diego Lainez en el primer gol de un histórico Joaquín.
El director de orquesta
Al acecho como puede de Barcelona y Madrid en la tabla, el Sevilla tiene su faro desde hace varias temporadas. Banega estuvo excelso ante Osasuna en una demostración más de su conocimiento del juego, temple y jerarquía. La extrema presión rojilla quedó en casi nada con el argentino como lanzador y también con sus movimientos a la espalda de la medular. Banega se asoció con todos y cada uno de sus compañeros de campo para terminar firmando 69 pases buenos. La victoria se le resistió al Sevilla por el caparazón de sufridor de un Osasuna incansable. Los de Arrasate son el conjunto de las cinco grandes Ligas que más puntos ha rescatado, un total de 14, tras ir perdiendo.
El premio a la osadía
Un duelo diferente
Se disputó en Ipurua un partido con aire auténtico, de pierna fuerte y en continua combustión. Quizá nunca fue vistoso del todo, ligado a los errores por precipitación y a la excesiva verticalidad de los contendientes —185 pérdidas, 84 envíos en largo...—, pero se caracterizó por una intensidad genuina y arrebatadora. El Eibar sigue sin ser lo que era, demasiado corto en los laterales y apenado por sus despistes defensivo. Sin embargo, el Getafe es lo que siempre fue con Bordalás. Su trabajo merece un capítulo aparte.